SEVILLA 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Junta de Andalucía ha acogido con "respeto" y "prudencia" la decisión del Juzgado de Instrucción número 1 de Sevilla de citar a declarar como investigado el próximo 18 de enero de 2018 al operario de la empresa encargada del mantenimiento de los ascensores del Hospital Virgen de Valme donde el pasado 20 de agosto falleció la joven Rocío Cortés cuando era trasladada tras dar a luz a su tercer hijo, todo ello después de que la Policía Nacional haya concluido que el accidente se debió a un "fallo humano" del ascensorista.
"Hablamos de una investigación que sigue su curso", ha recordado el portavoz del Ejecutivo andaluz, Juan Carlos Blanco, en la rueda de prensa posterior a la celebración del Consejo de Gobierno, "que debe mantenerse en esta posición, como no puede ser de otra forma".
En este sentido, Blanco ha manifestado que la administración autonómica "no va a hacer como otras organizaciones, como en este caso el PP, que el mismo día que ocurrió el terrible accidente ya pedía responsabilidades y parece que sabía todo lo que había pasado".
Tras recibir el oficio del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional en relación al accidente, la magistrada ha citado a declarar al ascensorista de la empresa de ascensores Orona, identificado como F.C.D., y a dos peritos, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
En el atestado policial, fechado el 11 de octubre y al que ha tenido acceso Europa Press, los agentes concluyen que, "tras haberse descartado los fallos mecánicos, eléctricos y electrónicos del ascensor (...), la única hipótesis factible de la causa del fatal accidente es un fallo humano producido por una manipulación incorrecta del ascensorista de Orona, F.C.D.".
Al hilo, los agentes señalan que, en su declaración policial, este operario manifestó que sobre las 14,30 horas del 20 de agosto se encontraba en su oficina del centro hospitalario y, tras recibir la llamada de la centralita del hospital indicando que un ascensor se encontraba bloqueado, se dirigió a la sala de máquinas, ubicada a 5,77 metros de la oficina.
De este modo, y cuando se encontraba frente a los cuadros de mando, "antes de que le diese tiempo a manipularlos, escuchó un fuerte ruido que le extrañó", por lo que "bajó corriendo a ver qué había ocurrido, encontrándose en la segunda planta del hospital con la víctima atrapada entre las puertas del ascensor", indica la Policía.
Tras observar el registro de llamadas de la red corporativa del hospital, los agentes observan que "hay un intervalo de unos tres minutos, desde que el ascensorista recibió la alerta de la centralita hasta que se produjo el accidente, tiempo suficiente para producirse algún tipo de manipulación en el centro de control del ascensor".
En estos tres minutos "no se tiene constancia de las actuaciones llevadas a cabo por el ascensorista", resaltan los agentes.
DESBLOQUEO DEL FRENO
A ello se suma, según la Policía, que "no se ha podido explicar cómo se produjo el desbloqueo del freno del ascensor que provocó la subida del mismo a gran velocidad y con las puertas abiertas", de forma que "la única hipótesis que no se ha podido comprobar es la de que se produjese apertura del freno de mano".
Esta técnica, según explican los agentes, "consiste en accionar manualmente la palanca de freno del ascensor para hacer que este se eleve cuando se encuentra atrapado entre dos plantas", y se utiliza "de manera habitual por los ascensoristas.
No obstante, "hay que cumplir una serie de medidas de seguridad previas a su aplicación", como desconectar el interruptor general, comprobar en qué posición se encuentra la cabina e informar al pasajero, o comprobar que todas las puertas están cerradas, todo ello "para evitar que el ascensor suba de manera descontrolada, puesto que al aplicar esta técnica se desactivan todos los elementos de seguridad del mismo".