SEVILLA, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un jurado popular ha declarado por unanimidad culpable de un delito de homicidio al hombre acusado de matar en 2015 en Marchena (Sevilla) de una puñalada en el corazón a su mujer, de la que se encontraba en trámites de separación, "tras tener conocimiento de que la víctima había iniciado una nueva relación sentimental".
Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, durante un veredicto hecho público este jueves, el jurado ha considerado probado que los hechos tuvieron lugar sobre las 14,30 horas del 14 de noviembre de 2015, cuando el acusado, José María M.C., comenzó a discutir con la víctima estando ambos en la cocina de su vivienda.
En un momento dado, y según considera el jurado, el imputado cogió un cuchillo de cocina con el que apuñaló a la víctima en el pecho, provocando su muerte. El jurado cree que el acusado mató a su mujer "intencionadamente" y que además "era consciente" de que la puñalada que le propinó podía causarle la muerte, como así sucedió.
Para emitir el veredicto de culpabilidad, el jurado ha tenido en cuenta la declaración del acusado, que reconoció el crimen, de sus vecinos, y de los agentes que intervinieron en la investigación, ante los que confesó "con rotundidad" que "la había matado".
LA FISCALÍA PIDE 13 AÑOS DE CÁRCEL
Tras conocer el veredicto, tanto la Fiscalía como las acusaciones que ejercen la familia de la víctima y la Junta de Andalucía, así como su propia defensa, han solicitado para el encausado la imposición de una pena de 13 años de cárcel por un delito de homicidio.
El acusado, cabe recordarlo, ejerció su derecho a la última palabra en el juicio para pedir perdón a sus hijos, de 19 y 12 años de edad, a sus suegros, a sus cuñados y a sus propios hermanos, "que lo están pasando muy mal".
Durante su declaración en el juicio, el acusado reconoció haber cometido el crimen y se mostró "arrepentido" por ello.
Así, José María M.C. relató que se casaron en el año 1996, pero dos meses antes de ocurrir los hechos se separaron "físicamente" y la víctima decidió irse a vivir con sus padres.
Tras indicar que su mujer seguía acudiendo a diario a su casa para hacerle la comida tanto a él como a los dos hijos que tienen en común, el procesado puso de manifiesto que, una vez su mujer se fue de casa, se enteró por un amigo de que la víctima había rehecho su vida con otra persona.
En relación al día de los hechos, el acusado relató que su mujer llegó a casa para hacerle la comida y, en un momento dado, comenzaron a "discutir" porque "quería que me explicara por qué se había llegado a esa situación", de manera que, estando en la cocina, el imputado le pegó "tortazos en la cabeza con la mano abierta".
"SI NO ES PARA MI, NO ES PARA NADIE"
"Era la primera vez que le agredía", aseguró el imputado, que añadió que, a continuación, cogió un cuchillo de cocina y se lo clavó en el pecho a la víctima, que "se intentó defender con las manos". "Se lo clavé una vez y luego, cuando vi lo que había hecho, me lo clavé yo", subrayó.
El acusado alegó que "no estaba en su juicio" y reconoció que, "en ese momento, quería matarla", añadiendo que, una vez consumada la agresión, fue a buscar a sus vecinos para confesarles el crimen con frases como 'la he matado, ven mira lo que he hecho' o 'la he apuñalado porque me ha engañado y si no es para mi no es para nadie'.
"Tenía la cabeza que me iba a explotar", reconoció el procesado, que, visiblemente emocionado, dijo que "por supuesto" está arrepentido de lo ocurrido, añadiendo que antes de ocurrir el crimen "no le había pegado nunca", aunque en una ocasión llegó a vigilarla y en otra le dio "un empujón porque estaba bajo los efectos del alcohol" y al día siguiente le pidió "perdón de rodillas".