SEVILLA, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
El centro especializado en neurorehabilitación con más de 25 años de historia, Neurocrecer, ha alertado de un "incremento significativo en las consultas relacionadas con quejas de memoria y deterioro cognitivo leve" en los últimos dos años, coincidiendo con la celebración del Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido.
Según han explicado, esta tendencia refleja "una creciente preocupación, especialmente en adultos mayores, por el temor a que estas incidencias sean el inicio de una enfermedad neurodegenerativa, como la enfermedad de Alzheimer".
El deterioro cognitivo leve (DCL) es una fase intermedia entre los cambios cognitivos normales del envejecimiento y la aparición de demencias más graves. Según la directora Médica de NeuroCrecer, la doctora María del Rosario Domínguez, "el DCL representa una ventana de oportunidad para intervenir". "Si bien en algunos casos puede progresar hacia una enfermedad neurodegenerativa, también es posible retrasar este avance mediante la estimulación cognitiva especializada y otros enfoques terapéuticos combinados".
Las quejas de memoria se han vuelto comunes entre personas que, hasta hace poco, llevaban una vida activa y funcional. Para conocer cómo diferenciar entre olvidos normales y señales de algo más serio, los neuropsicólogos de NeuroCrecer han señalado "la importancia de prestar atención a los olvidos frecuentes o la dificultad para realizar tareas cotidianas que antes resultaban sencillas".
"Es fundamental que las personas que experimenten problemas de memoria acudan a una evaluación neuropsicológica para identificar si estos síntomas son parte del envejecimiento normal o un indicio de un deterioro cognitivo incipiente", han dicho.
Asimismo, han apuntado que una de las claves del éxito en la lucha contra el deterioro cognitivo consiste en la intervención temprana. Cuanto antes se inicien los tratamientos, mayores son las probabilidades de retrasar el deterioro. "En Neurocrecer ofrecemos un enfoque multidisciplinar, donde diseñamos planes de intervención que abordan todas las áreas afectadas por el deterioro cognitivo. Esto permite un tratamiento integral, personalizado a las necesidades de cada paciente", ha explicado la doctora Domínguez.
Por otro lado, la estimulación cognitiva es uno de los pilares fundamentales en el tratamiento del deterioro cognitivo. A través de ejercicios diseñados para trabajar la memoria, la atención y otras funciones cognitivas clave, es posible ralentizar el progreso de enfermedades como el Alzheimer.
En este sentido, Domínguez ha explicado que "el cerebro necesita ejercitarse, al igual que cualquier otro músculo del cuerpo". "En NeuroCRECER, utilizamos programas de estimulación cognitiva personalizados para cada paciente, ayudando a mantener sus capacidades mentales activas y ralentizar así, el deterioro".
La calidad de vida del paciente no solo depende de la intervención clínica, sino también del entorno familiar. Es importante que las familias participen activamente en el proceso de rehabilitación, ya que un entorno familiar comprometido puede ser crucial para el éxito de cualquier tratamiento y para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Aunque el deterioro cognitivo suele asociarse a la edad avanzada, en los últimos años también ha habido un aumento de consultas de personas más jóvenes con quejas de memoria. "En estos casos, es importante evaluar si los problemas de memoria están relacionados con el estrés, el estilo de vida o si existen otros factores neurológicos en juego", ha señalado la doctora Domínguez.
Además, ha añadido que "trabajamos no solo en la rehabilitación cognitiva, sino también en la educación sobre hábitos de vida saludables que pueden mejorar la salud cerebral".
NEUROMODULACIÓN NO INVASIVA
El uso de la Estimulación Transcraneal por Corriente Directa (tDCS) se ha convertido en una herramienta innovadora para el tratamiento de pacientes con deterioro cognitivo leve (DCL) y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Esta técnica no invasiva, que modula la actividad cerebral mediante corrientes eléctricas de baja intensidad, ha demostrado mejorar funciones cognitivas esenciales como la memoria y la atención.
La tDCS se muestra como un complemento a la terapia convencional que puede ayudar a optimizar los tratamientos cognitivos, retrasando el avance del deterioro, y ayudando a los pacientes a mantener su calidad de vida por más tiempo.