MAIRENA DEL ALJARAFE (SEVILLA), 18 (EUROPA PRESS)
José Morales, el padre adoptivo de Maloma, la joven vecina de Mairena del Aljarafe (Sevilla) nacida en el Sáhara Occidental pero nacionalizada española y supuestamente retenida por su familia biológica en los campamentos de refugiados saharauis, ha lamentado el caso similar que sufre una familia de Sanlúcar la Mayor, avisando de que la retención de saharauis arraigados en España constituye un fenómeno "generalizado".
En declaraciones a Europa Press, José Morales ha lamentado el caso de Azman Mohamed Yahya, nacido en el Sáhara Occidental pero residente en España desde aproximadamente los once años de edad, hasta el punto de contar su familia de española de acogida con la "cesión" de su tutela y lograr nacionalizarle como español. El joven, como se ha informado, llevaría desde octubre sin poder abandonar los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia), al arrebatarle su familia su pasaporte y documentación, para impedir que regresase a España después de una visita que cursaba a su familia biológica.
Con este nuevo caso, según José Morales, son aproximadamente 50 las personas de origen saharaui afincadas en España con sus familias de acogida, que estarían de un modo u otro retenidas contra su voluntad por sus familias biológicas, toda vez que 14 de los casos corresponderían a Andalucía.
"A nosotros siempre nos decían que el caso de Maloma era un caso aislado, que era una situación especial, pero este nuevo caso demuestra que hay un fenómeno generalizado", ha dicho José Morales, recordando que Maloma lleva ya "17 meses" sin regresar a España, desde que en diciembre de 2015 viajase a Tinduf para visitar a su familia biológica. Mientras la propia Maloma ha negado en un vídeo difundido en las redes sociales que esté secuestrada, manifestando que permanece en Tinduf por voluntad propia, su familia cree que está "coaccionada" y que tiene "anulada" su voluntad.
Así, ha criticado una vez más que el Frente Polisario no esté "haciendo nada" para resolver estos casos y se dedique a "dejar correr el tiempo", insistiendo en que el ministro de Exteriores, Alfonso María Dastis, debe recibirle, aunque sea sólo "para diez minutos".