Sevilla.- La propietaria de Río Grande denuncia que Metro de Sevilla ha entrado "por la fuerza" en su jardín

Actualizado: viernes, 2 junio 2006 12:39

SEVILLA 2 Jun. (EUROPA PRESS) -

La propietaria del restaurante Río Grande de Sevilla, María del Carmen García, ha denunciado ante la Policía Nacional que una veintena de operarios de la UTE Metro de Sevilla entró "por la fuerza" en el jardín del establecimiento "porque necesitan hacer el túnel que pase por debajo del río, los palmitos estorban y se los van a cargar".

En declaraciones a Europa Press, García desmintió así la versión ofrecida días atrás por la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, que sostenía que la dueña del local impedía el desarrollo de los sondeos y ensayos que están llevando a cabo técnicos y laboratorios especializados para determinar el procedimiento a seguir en el tratamiento específico de los palmitos.

Según la empresaria, han intentado entrar cuatro veces en esta semana, hasta que a las 7.45 de hoy, "aprovechando que no había medios de comunicación, ni nadie de Los Verdes o de la plantilla del restaurante, se han plantado los operarios, acompañados de técnicos y de efectivos de la Policía Autonómica, y con coacciones y empujones me han echado de mi propia casa".

A la petición de García de que enseñaran la orden judicial de ocupación del jardín, uno de los efectivos policiales, siempre según la dueña del restaurante, le dijo que "no hacía falta", que "seguían las órdenes de la Consejería y que me han expropiado el terreno".

La afectada, que manifestó sentirse "desolada e impotente", lamentó los hechos, alegando que esto "le puede pasar a cualquier ciudadano que esté luchando por sus intereses". "Somos muchos los que hemos luchado por un Estado de Derecho, y la Constitución existe para algo", apostilló.

La organización Los Verdes levantó recientemente la acampada que mantenía en el jardín del local como prueba de confianza en el acuerdo alcanzado con la Consejería de Obras Públicas y Transportes acerca de que los trabajos previos al paso de la tuneladora del Metro bajo el lecho del río Guadalquivir no afecten a la flora de este espacio verde, pues los ecologistas acamparon en el jardín para paralizar las inyecciones de hormigón.