Tras su paso por la capital hispalense, la obra se estrenará en una sala teatral de Madrid la primera semana de diciembre
SEVILLA, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
"¿No estabais acaso pidiendo ser descubiertos por una sociedad mas avanzada que la vuestra?". Esta es una de las preguntas que el protagonista de la obra 'El obispo de Marte' hace a sus feligreses, un monólogo auto sacramental sideral en tierras marcianas que aborda la crítica de la sociedad actual a través de un conjunto de sermones irónicos y satíricos sobre diferentes aspectos.
Según el director de la obra, Juan Ignacio Pérez, esta función representa la colonización de la Tierra sobre Marte en un futuro próximo. De esta forma, se envía al Ejército, a personas y a sabios, entre los que destacan un obispo, que desde su púlpito se dirigirá hacia sus extraños feligreses.
Así, a través de una serie de sermones, se intentará evangelizar a los marcianos a la vez que hará una dura crítica social. De esta forma,
de lo que dice, de lo que calla pero se presume y de lo que se lee entre líneas, se descubre una serie de intrigas y de sucesos de los que es testigo y partícipe y, por supuesto, no están precisamente a años luz de la realidad.
En este monólogo, en el que se entremezclan elementos de comedia, ciencia ficción y crítica social, se articula una sátira mediante varias homilías del obispo de la diócesis marciana ante sus singulares parroquianos, entre los que hay colonizadores terrícolas, androides y aborígenes de Marte.
Con todo ello, no se trata de una obra al uso con demasiada acción, sino que es un monólogo que se dirige al público --que representa a los marcianos-- e intenta colonizar la nueva tierra, donde impera un pensamiento único y poderoso junto con elementos políticos, sociales y económicos.
RELACIÓN CON PROCESOS HISTÓRICOS
El obispo intenta explicar la religión y la política, mientras que manipula con su forma de pensar; de forma que en ocasiones puede relacionarse con procesos históricos similares como la colonización, la Inquisición, las guerras santas, las cruzadas o los supuestos milagros.
El director de la obra incide en que en el texto de Tomás Afán hay un tema extrapolable de lo que fue la conquista del Nuevo Mundo y el sometimiento de los indígenas, que haciendo un paralelismo, serían los marcianos. "Se intentó inculcar una religión, una sociedad y una economía, pero en esta ocasión, al ser futuro, se mezclan también los elementos tecnológicos", añade.
Por su parte, el protagonista de la obra, Jesús Garrido, aborda esta obra desde la antropología y las consecuencias de las acciones que lleva a cabo el ser humano. "El hombre es el único ser que puede equivocarse infinitas veces y no corrige sus errores. Así, si se volviera a colonizar un planeta --como en este caso-- se volverían a cometer los mismos errores y se impondría un pensamiento", explica.
UN PERSONAJE MUY RICO Y COMPLEJO
Con respecto al personaje, Garrido señala que es muy complejo y rico a su vez. "Muestra la grandeza y la lacra del ser humano", mientras que pasa por "diferentes actitudes y cambios de humor a lo largo de la representación". En general, asegura que tiene "un importante trasfondo".
Este preestreno, que tendrá lugar este miércoles en una única sesión a las 20,30 horas en el Teatro Távora de Sevilla, se estrenará en una sala de teatro de la capital madrileña en la primera semana de diciembre.
En relación a ello, Garrido ha criticado "la falta de apoyo institucional" hacia el Teatro Távora, por parte del Ayuntamiento de Sevilla, la Junta de Andalucía y, en última instancia, del Gobierno central, a pesar de la trayectoria que tiene a lo largo de las décadas.
En esta línea, también ha hecho un llamamiento a todos los profesionales de las artes escénicas de la provincia para hacer algo contra esta situación y en favor de la cultura. "si fuera parte de una institución cultural, me daría vergüenza que por algún motivo cerraran esta sala de teatro", ha rechazado el actor.
No obstante, ha agradecido la labor altruista del Ayuntamiento de Pilas (Sevilla) en la cesión de locales de ensayo, a la empresa de aluminios Galisur o al propio Salvador Távora por incluir la obra dentro de la programación.
UNA SALA "ATREVIDA Y ALTERNATIVA"
Igualmente, el director de dicho teatro ha tenido palabras de elogio para esta obra y ha remarcado la función principal de la sala cuando se abrió, como era la de ser "un teatro atrevido, alternativo y crítico, en donde su estudio va más allá del teatro convencional", unas características que considera que tiene esta obra.
En este sentido, ha ironizado con esta obra afirmando que "ya es llamativo y comunicativo en sí que el símbolo del obispo sea el del Betis Balompié en la época de la República, algo que se puede relacionar también con lo que está pasando a nivel nacional". Así, "es importante escuchar por el texto fuerte que contiene la obra y ver por el escudo del Betis de la República", ha remarcado.
Asegura que este teatro nació para ser atrevido y, a pesar de que podían trabajar en salas de todos los países del mundo, querían "una sala especial para conectar con el público", un elemento muy necesario en esta obra y en el teatro actual.
"Se ruega no subir a este púlpito si no se es obispo". Con esta lema se resume esta divertida comedia en la que se entremezcla la ironía y el humor con los momentos más absurdos. Un pensamiento único que se evangeliza más allá de las fronteras y que hace repensar el sentido del ser humano, mientras que el pasado y el futuro se fusionan para convertirse en el presente más actual.