SEVILLA 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los trabajadores de Abengoa han reaccionado este martes a la negativa oficial de rescate por parte de la SEPI asegurando que van a "intensificar la presión hasta tener una solución" que permita la supervivencia de la empresa, insistiendo en los 11.000 empleos en juego y apelando al "compromiso" que apuntan adquirió el Gobierno de encontrar una fórmula para su "viabilidad" hace más de un año.
"No nos pueden dejar caer", ha subrayado en declaraciones a Europa Press el presidente del comité de empresa de Abengoa Agua, Valentín San Emeterio. Abengoa Agua es una de las seis filiales, junto con Abengoa Energía, Abener Energía, Inabensa, Abengoa Operación y Mantenimiento y Abengoa Solar España para las que se había solicitado al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, gestionado por la SEPI, un rescate de 249 millones de euros.
Tras conocer la denegación formal de esa ayuda pública, que han recibido como un "jarro de agua fría" desde una acampada ante la Subdelegación de Gobierno en Sevilla, los trabajadores han indicado que, a espera de una reunión con la empresa para abordar posibles caminos a partir de ahora, van a "intensificar la presión" en busca de una "solución".
"La SEPI ha dicho que no, pero el Gobierno tiene la pelota en su tejado", ha remarcado San Emeterio. Al respecto, ha señalado que el Ejecutivo "dio un compromiso a los trabajadores de Abengoa en mayo del año pasado" para buscar la "viabilidad de la compañía y los trabajadores" que, ha dicho, tiene ahora que cumplir.
Los trabajadores destacan que los informes presentados a la SEPI elaborados por asesores externos son "favorables" y que Abengoa es "una empresa estratégica para Sevilla, Andalucía y España", por lo que insisten en que "no se la puede dejar caer".
LA SEPI NO CONSIDERA DEMOSTRADA LA VIABILIDAD DE LA EMPRESA
El consejo gestor del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, gestionado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) acordaba denegar definitivamente la solicitud de ayuda pública de Abengoa, con la que la compañía buscaba un plan para garantizar su viabilidad futura y evitar un nuevo concurso de acreedores, "al no estar demostrada la viabilidad y no estar garantizado el reembolso del préstamo solicitado".
La denegación de la ayuda pública hace prácticamente decaer el plan para que el fondo estadounidense Terramar aportara 200 millones de euros a cambio del 70% capital, ya que estaba vinculado a la inyección de dinero público.
Así, Abengoa queda abocada hacia el que puede ser uno de los mayores concursos de acreedores de la historia empresarial española, con un agujero de casi 6.000 millones de euros.
Ahora, la compañía, cuya matriz está en concurso desde febrero del año pasado, deberá optar por el marco de la Ley Concursal y decidir si amplia ese concurso al grupo o si distintas sociedades del mismo piden preconcurso y concurso.