SEVILLA 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
La abogada del hombre de 35 años y nacionalidad rumana para el que la Fiscalía pide 18 años de cárcel por asesinar a su esposa tras estrangularla con un trozo de cuerda en el parking del aeropuerto de Sevilla en junio de 2016 después de discutir por la pérdida de un vuelo ha asegurado este miércoles que su cliente confesó que mató a su mujer pero "inmediatamente" se arrepintió.
Fuentes del caso han informado a Europa Press de que la Audiencia Provincial de Sevilla ha acogido en la mañana de este miércoles la constitución del jurado popular que enjuiciará al acusado, que ha quedado compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, y las alegaciones previas de la Fiscalía y la defensa del imputado.
Por su parte, la fiscal del caso ha planteado como cuestión previa la incorporación al procedimiento de la reconstrucción de los hechos realizada por la Policía Científica en base a las cámaras de seguridad del aeropuerto, las cuales "apuntaban directamente y día y noche" al lugar donde se encontraba el coche donde ocurrió el crimen.
"ASESINO CONFESO"
"Estamos ante un asesino confeso", ha resaltado la fiscal, que ha informado de que, en la vista oral, prestarán declaración por videoconferencia y a puerta cerrada los dos hijos de 14 y 13 años de edad de la pareja, cuya custodia corresponde a una hermana del acusado que vive en Cuenca.
La fiscal, asimismo, ha recordado durante su intervención que la víctima fue una de las 44 mujeres que murieron en 2016 en España "por un acto de violencia de género" cometido por su pareja o expareja sentimental, siendo ese año la primera víctima de la violencia machista en Sevilla.
Tras la constitución del jurado y las alegaciones previas, el juicio continuará este jueves con la declaración del acusado.
En su escrito de acusación, consultado por Europa Press, la Fiscalía pide para el acusado 18 años de prisión y la privación del ejercicio de la patria potestad de sus dos hijos menores de edad por siete años a cuenta de un delito de asesinato con la atenuante de confesión.
De igual modo, reclama que se le imponga la prohibición de aproximarse a menos de 300 metros de sus dos hijos, de su domicilio o centro escolar durante siete años, así como que indemnice con 180.000 euros a sus hijos en concepto de daños morales.
LOS HECHOS
La Fiscalía relata que el imputado estaba casado con la víctima desde hacía 15 años y tenían en común dos hijos de 14 y 13 años, precisando que el matrimonio se encontraba separado temporalmente, teniendo la víctima su domicilio en Italia por motivos laborales.
De su lado, el acusado se encontraba transitoriamente en España desde diciembre de 2015 trabajando con el circo 'Roma', que se encontraba establecido en el momento de los hechos en Corrales (Huelva), habiendo dejado a sus hijos en Montilla del Palancar (Cuenca) bajo el cuidado de su hermana.
Así, su hermana asumió la custodia de los dos menores de forma provisional, ya que el acusado "no se podía hacer cargo de ellos", una situación que "persiste a la fecha, encontrándose en trámites de asumir su custodia legal".
EL CRIMEN SE COMETIÓ EN EL INTERIOR DE UN COCHE ABANDONADO
El 26 de mayo de 2016, la víctima llegó a España para visitar a su familia, de forma que pasó junto con el acusado varios días en Huelva, tras los que, "sin poder ver a sus hijos", se volvió a Sevilla en compañía del imputado para coger el vuelo a Italia que despegaba del aeropuerto a las 10,00 horas del 31 de mayo de 2016.
No obstante, la mujer perdió el avión y "estuvieron gestionando la compra del nuevo billete durante todo el día", dice la Fiscalía, que añade que, a las 21,53 horas de ese día, el acusado y su esposa llegaron a uno de los aparcamientos cubiertos del aeropuerto para pasar la noche en un coche abandonado que estaba abierto.
Así, la víctima se sentó en el asiento del copiloto y el acusado en el asiento trasero, de forma, que estando en esta disposición, ambos comenzaron una discusión "acalorada" a cuenta de la pérdida del vuelo, "gritándose ambos", tras lo que se echaron a dormir.
A las 2,30 horas del 1 de junio, el acusado y su esposa se despertaron, "retomando la discusión por un breve lapso de tiempo", tras lo que, una vez cesada la misma, el acusado "aprovechó que seguía sentada en el asiento delantero mirando hacia adelante de forma que no lo podía ver".
"Con ánimo de causar la muerte de su esposa, de forma sorpresiva y por la espalda", el acusado cogió un trozo de cuerda fina que había en el suelo de la parte trasera del coche y "rodeó el cuello" de su mujer, estrangulándola a la altura de la mitad del cuello.
OCULTÓ EL CADÁVER Y HUYÓ HACIENDO AUTO-STOP
Así, y según la Fiscalía, el imputado "presionó hacia atrás durante un minuto, con las dos manos, una en cada extremo de la cuerda", hasta que la mujer "dejó de respirar", provocándole la muerte por asfixia y fracturándole el hueso del cuello "por la fuerza ejercida", todo ello "sin que en ningún momento" la fallecida "tuviera capacidad de reacción alguna ni hiciera algún gesto de defensa".
Tras acabar con la vida de su esposa, sobre las 3,30 horas, el acusado la sacó del coche en brazos y la colocó tumbada en el asiento trasero, tapándole con el fieltro del techo del coche, dice la Fiscalía, que agrega que, 20 minutos después, y "tras estas maniobras para ocultar el cadáver", huyó del lugar de los hechos.
El acusado se llevó consigo su teléfono y el de su esposa, "a los que extrajo las tarjetas, destruyéndolas", además de la documentación de ambos y la cuerda con la que "la había estrangulado", de forma que, "haciendo auto-stop, llegó, ya de día", a Bollullos Par del Condado (Huelva), "vagando por el pueblo durante todo el día".
A las 21,10 horas del 1 de junio de 2016, el imputado se presentó en las dependencias de la Jefatura de la Policía Local y manifestó a los agentes que "había matado a su esposa la noche anterior y la había dejado en el interior de un vehículo abandonado" en el aeropuerto de Sevilla.
Incluso, les presentó la carta de identidad rumana de su mujer, por lo que los agentes recogieron su identificación y le tomaron declaración, llamando inmediatamente al puesto de la Guardia Civil para hacer comprobaciones sobre lo narrado.
Los agentes acordaron el traslado al lugar de los hechos, hasta donde les condujo el acusado, ya detenido, guiándoles hasta el parking, donde ya pudieron localizar el cadáver de la mujer.