En su declaración, el acusado admitió que golpeó a la víctima pero dijo que "no quería" matarlo
SEVILLA, 29 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de Sevilla ha mantenido este miércoles su petición de 12 años de cárcel para el varón acusado de matar en el mes de agosto de 2015 a un hombre con el que habría discutido junto a un bar de la capital hispalense, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.
Las mismas fuentes consultadas han indicado que, durante la tercera sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla, el Ministerio Público ha elevado a definitiva su petición de 12 años de prisión por un delito de homicidio para el acusado, identificado como J.L.M. y apodado 'El Limo'.
De su lado, el abogado que ejerce la acusación particular en nombre de la madre de la víctima ha solicitado para el encausado 14 años de cárcel a cuenta también de un delito de homicidio por dolo eventual, mientras que la acusación impulsada por la Junta en representación de un hijo menor del fallecido ha pedido cuatro años por un delito de homicidio por imprudencia.
Asimismo, el abogado defensor del encausado ha pedido que su representado sea condenado a una pena de entre uno y cuatro años de prisión por un delito de lesiones.
Las fuentes han indicado que, en la jornada de este jueves, la magistrada-presidente entregará el objeto del veredicto a los miembros del jurado popular, que entonces se retirarán a deliberar antes de dar a conocer su veredicto.
LA DECLARACIÓN DEL ACUSADO
Durante la primera jornada de la vista oral, el procesado admitió que golpeó a la víctima pero aseguró que "no quería" matarlo porque "nunca ha tenido nada contra él" y eran amigos tras haber coincidido en prisión en la década de los 90.
Asimismo, aseveró que se encuentra "muy arrepentido" y que "no deja de pensar" en lo sucedido. "Me ha arruinado la vista esto, a mí, a mis padres y a mis hermanos", puso de manifiesto.
"Tenía mi trabajo, mis hijas, mi mujer, jamás en la vida me pude pensar que iba a pasar una cosa así", indicó el acusado, que añadió que se esperaba que "fuera una pelea normal y corriente como otra cualquiera".
De este modo, relató que conocía a la víctima tras haber coincidido ambos en el mismo módulo de la cárcel en 1997/1998, señalando que el fallecido "era una buena persona", aunque "había veces que bebía y tomaba pastillas y metadona y se ponía insoportable".
Además, indicó que también había coincidido con el fallecido tomando cervezas en un bar ubicado en las inmediaciones del cementerio de la capital hispalense, añadiendo que el día de los hechos, 10 de agosto de 2015, la víctima, que falleció una semana después de la agresión en el Hospital Virgen Macarena, se le acercó y le pidió un mechero.
MANDÓ UNA CARTA A LA FAMILIA DE LA VÍCTIMA PIDIÉNDOLE PERDÓN
"Le dije que no, porque sabía que era para fumar lo que fuera", pero "se mosqueó y se puso a insultarme y a increparme", declaró el encausado. "Le dije que se estaba equivocando, entonces se vino para mí y me puso la mano en la cara", por lo que comenzó una pelea en el marco de la cual el acusado le dio, primero, "un guantazo", y a continuación un puñetazo, tras lo que el fallecido perdió el equilibrio y se cayó hacia atrás, golpeándose la cabeza contra el suelo.
El acusado añadió que, en ese momento, "se quitó de en medio" porque estaba "atacado de los nervios", negando que de manera previa hubiera discutido con la novia del fallecido, que según dijo le tiró botellas de cristal tras la pelea y antes de que llegara al lugar de los hechos la Policía.
Asimismo, el imputado afirmó que, en el momento de la pelea, él no estaba drogado ni borracho, ya que sólo había tomado "cuatro o cinco cervezas", mientras que la víctima "estaba bebida".
El acusado agregó que, tras la muerte, mandó una carta a la familia de la víctima "pidiéndole perdón" y también acudió a Comisaría "porque entendía que no había hecho nada con intención y para aclararlo todo lo antes posible y que no hubiera equivocaciones".