La Fiscalía solicita cuatro años de cárcel para el encausado por la "brutalidad" de la agresión y el resultado de la misma
SEVILLA, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un jurado popular ha declarado este viernes culpable de un delito de lesiones con resultado de muerte y no de un delito de homicidio a un varón acusado de matar en el mes de agosto de 2015 a un hombre con el que discutió junto a un bar de Sevilla, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.
Las mismas fuentes consultadas han indicado que, durante un veredicto hecho público en la mañana de este viernes en la Audiencia Provincial de Sevilla, el jurado ha declarado al acusado no culpable de haber provocado la muerte de la víctima "con conciencia" de que la misma se podía producir.
Para llegar a dicho veredicto, el jurado ha tenido en cuenta que el acusado no conocía que el fallecido, que murió en un hospital una semana después de la agresión, padecía distintas enfermedades, a lo que se suma que "fue provocado", que únicamente le golpeó con los puños, que no hubo denuncia y que tampoco se dio a la fuga tras lo ocurrido.
Así, ha considerado probado que los hechos tuvieron lugar en la madrugada del día 10 de agosto de 2015, cuando ambos se encontraron en la calle y se inició una discusión después de que la víctima le pidiera un mechero y el acusado se negara a prestárselo, en el marco de la cual el acusado le propinó al menos dos golpes con los puños en la cabeza.
Seguidamente, la víctima cayó y se golpeó la cabeza contra el suelo, tras lo que llegó al lugar la Policía, manifestándole el agredido que no quería interponer denuncia, tras lo que falleció el día 17 de agosto en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla, según el jurado, que también ha declarado probado que el fallecido tenía patologías previas, una de ellas de naturaleza circulatoria.
Asimismo, el jurado ha considerado no probado que, en el marco de la discusión, el imputado propinara a la víctima al menos dos golpes con un objeto contundente como por ejemplo una botella sin partir, ni tampoco que le propinara otros golpes por el cuerpo, mientras que no ha visto probado que le golpeara conociendo que, a consecuencia de la agresión, pudiera causarle la muerte.
Tras ello, el fiscal, que inicialmente pedía para el encausado 12 años de cárcel por un delito de homicidio, ha reclamado cuatro años de prisión por un delito de lesiones con resultado de muerte por imprudencia y ha justificado que se le imponga la pena máxima por este delito por la "brutalidad" de la agresión y su resultado.
Las acusaciones que ejercen la familia del fallecido y la Junta de Andalucía en nombre de un hijo menor de la víctima se han adherido a la petición del Ministerio Público, mientras que la defensa del procesado ha pedido dos años de cárcel al entender que no existen agravantes que justifiquen la imposición de la pena en su límite máximo.
En este sentido, el abogado defensor ha dicho que su patrocinado, identificado como J.L.M. y apodado 'El Limo', pidió perdón a la familia, no intentó huir del lugar de los hechos y acudió voluntariamente a la Comisaría de la Policía, a lo que se suma que ha estado en prisión provisional por este suceso ocho meses.
LA DECLARACIÓN DEL ACUSADO
Durante la primera jornada de la vista oral, el procesado admitió que golpeó a la víctima pero aseguró que "no quería" matarlo porque "nunca ha tenido nada contra él" y eran amigos tras haber coincidido en prisión en la década de los 90.
Asimismo, aseveró que se encuentra "muy arrepentido" y que "no deja de pensar" en lo sucedido. "Me ha arruinado la vista esto, a mí, a mis padres y a mis hermanos", puso de manifiesto.
"Tenía mi trabajo, mis hijas, mi mujer, jamás en la vida me pude pensar que iba a pasar una cosa así", indicó el acusado, que añadió que se esperaba que "fuera una pelea normal y corriente como otra cualquiera".
De este modo, relató que conocía a la víctima tras haber coincidido ambos en el mismo módulo de la cárcel en 1997/1998, señalando que el fallecido "era una buena persona", aunque "había veces que bebía y tomaba pastillas y metadona y se ponía insoportable".
Además, indicó que también había coincidido con el fallecido tomando cervezas en un bar ubicado en las inmediaciones del cementerio de la capital hispalense, añadiendo que el día de los hechos, 10 de agosto de 2015, la víctima, que falleció una semana después de la agresión en el Hospital Virgen Macarena, se le acercó y le pidió un mechero.
MANDÓ UNA CARTA A LA FAMILIA DE LA VÍCTIMA PIDIÉNDOLE PERDÓN
"Le dije que no, porque sabía que era para fumar lo que fuera", pero "se mosqueó y se puso a insultarme y a increparme", declaró el encausado. "Le dije que se estaba equivocando, entonces se vino para mí y me puso la mano en la cara", por lo que comenzó una pelea en el marco de la cual el acusado le dio, primero, "un guantazo", y a continuación un puñetazo, tras lo que el fallecido perdió el equilibrio y se cayó hacia atrás, golpeándose la cabeza contra el suelo.
El acusado añadió que, en ese momento, "se quitó de en medio" porque estaba "atacado de los nervios", negando que de manera previa hubiera discutido con la novia del fallecido, que según dijo le tiró botellas de cristal tras la pelea y antes de que llegara al lugar de los hechos la Policía.
Asimismo, el imputado afirmó que, en el momento de la pelea, él no estaba drogado ni borracho, ya que sólo había tomado "cuatro o cinco cervezas", mientras que la víctima "estaba bebida".
El acusado agregó que, tras la muerte, mandó una carta a la familia de la víctima "pidiéndole perdón" y también acudió a Comisaría "porque entendía que no había hecho nada con intención y para aclararlo todo lo antes posible y que no hubiera equivocaciones".