La victoria de Susana Díaz deja abierto el escenario para el candidato socialista a las generales

MADRID 22 Mar. (EUROPA PRESS) -

El primer asalto electoral de 2015 deja una victoria para el PSOE y refuerza el liderazgo en Andalucía de Susana Díaz, pero abre muchas incógnitas sobre quién será el cartel electoral de los socialistas en los comicios generales del próximo mes de noviembre.

Tras meses de muchas encuestas y rumores internos en el PSOE, dibujando escenarios y formulando hipótesis, los resultados electorales de este domingo --con el PSOE con los mismos escaños que en 2012 pero como primera fuerza-- otorgan a Susana Díaz la legitimidad de los votos para dar el salto a la política nacional, unas intenciones que algunos le atribuyen y desean.

La presidenta andaluza lleva semanas insistiendo en que su prioridad es Andalucía y los andaluces, pero su victoria de hoy, acrecentada por el desplome del PP, y las elecciones de mayo pueden abrir nuevas situaciones.

Si el PSOE no aprueba el examen de las municipales y autonómicas de mayo, podrían alzarse voces que pidieran a Díaz que asumiera los mandos de Ferraz. Ella tendría entonces el aval de sus buenos resultados, muy diferentes de las encuestas que, a nivel nacional, vienen situando al PSOE por detrás del PP e incluso de Podemos en algunos territorios.

Pocos dudan de que, en ese escenario, la presidenta andaluza se resista a dar el paso al que se negó el año pasado, cuando muchos 'barones' territoriales así se lo pidieron. Entonces, Díaz no quiso presentarse a unas primarias frente a Eduardo Madina y dejó así vía libre a Pedro Sánchez, que, con el apoyo de la poderosa federación andaluza, se hizo con la Secretaría General del PSOE.

LA ALIANZA DE DÍAZ Y SÁNCHEZ LLEGÓ A DURAS PENAS AL OTOÑO

Ese apoyo, que Díaz y Sánchez escenificaron en Ferraz sólo un día después de que el madrileño ganara en la consulta a los militantes, perdió firmeza en pocas semanas y llegó a duras penas al otoño. Las primeras críticas de la presidenta andaluza a Pedro Sánchez llegaron nada más cumplir cien días al frente del PSOE, cuando Díaz cuestionó algunas de las decisiones del secretario general y avisó de sus intenciones de dejar claras sus discrepancias.

La tranquilidad en Ferraz acabó ahí y desde ese momento no han cejado los rumores sobre el distanciamiento entre ambos dirigentes, que han llegado a estar cuatro meses sin coincidir. Desde que se reuniera el Consejo de Política Federal en Zaragoza en noviembre no volvieron a verse hasta ya iniciada la campaña andaluza.

En el primero de los dos únicos mítines que han compartido en Andalucía, porque así lo ha querido la presidenta andaluza, Sánchez ofreció a la presidenta andaluza una "alianza" entre Moncloa y San Telmo que tuvo la callada por respuesta y en el segundo acto electoral en el que estuvieron juntos, en el cierre el pasado viernes, la frialdad fue todavía más evidente.

¿PRIMARIAS O CONGRESO?

Con la primera incógnita -el resultado en Andalucía-- despejada, el siguiente foco está de esta manera en las elecciones de mayo y en cómo el resultado puede afectar a Ferraz y al calendario del partido, que tiene fijadas para julio las elecciones primarias para elegir al candidato a La Moncloa, a las que Sánchez ha asegurado que se presentará.

Pocos creen que pueda verse un enfrentamiento en primarias entre Díaz y Sánchez. De hecho, si el resultado de mayo es muy malo para el PSOE, esas elecciones internas, abiertas a los ciudadanos progresistas, estarán bajo un gran interrogante. En ese eventual escenario, la hipótesis que está en la mente de muchos es la de un congreso, para lo que Sánchez debería tirar la toalla.

Pero si el PSOE aguanta y salva los muebles, es difícil pensar que el secretario general no batalle por convertirse en candidato, para lo que está trabajando desde que llegó a Ferraz. Algunos señalan ahí para hablar del inicio del distanciamiento entre ambos, al afirmar que Díaz le apoyó para convertirse en secretario general, no en candidato, la meta que Sánchez se fijó nada más ser elegido.

Nadie en el entorno de Sánchez confirma ese acuerdo. Eso sí, algunos próximos apuntan a la consolidación de su liderazgo, cuando su nivel de conocimiento entre la población aumentó con rapidez a la vuelta del verano y las encuestas para el PSOE se estabilizaron, como el inicio de los roces.

Esta distancia se hizo patente en la gestión de la crisis del PSM, el golpe de autoridad con el que Sánchez disolvió la dirección de Tomás Gómez, en plena precampaña andaluza. Susana Díaz no habló en público de este asunto y los dirigentes andaluces no participaron en las reuniones de la dirección que aprobaron apartar al entonces líder de los socialistas madrileños y nombrar candidato a Angel Gabilondo.

Esta maniobra hará que las elecciones en la Comunidad de Madrid sirvan de examen para Pedro Sánchez. De hecho, cuando se gestó el cambio, algunas fuentes del entorno del secretario general apuntaban que ya que se le iba a cuestionar por los resultados en esta región, se sometería a la prueba con una apuesta personal.

A falta de conocer este resultado, Ferraz cree que el resultado de la gestión de la crisis fue positivo para la dirección de Pedro Sánchez, que también salió reforzado del Debate del estado de la Nación, en el que resultó ganador según el CIS, algo poco habitual para los líderes de la oposición.

Después de la victoria de este domingo, Díaz y Sánchez podrían coincidir el próximo sábado en el Comité Federal convocado por el PSOE para aprobar las listas a las elecciones de mayo y en el que, contra todo pronóstico, la problemática de los pactos pierde relevancia, dado que la victoria en las urnas permitirá a la líder de los socialistas andaluces alejar el fantasma de tener que elegir entre PP y Podemos.

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