TERUEL 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, y el concejal de Infraestructuras, Juan Carlos Cruzado, ha visitado este jueves las obras que se vienen desarrollando en el Paseo del Óvalo de la capital turolense, una vía sobre la que el consistorio, frente a las dudas planteadas por Teruel Existe tras la aparición de unas filtraciones, ha garantizado su estabilidad aludiendo a un estudio elaborado ya en 2003 y a los diferentes trabajos que se han ido desarrollando en la zona con el paso de los años.
Desde el equipo de Gobierno han recordado que en 2002, con motivo de la reforma del Paseo del Óvalo, ya se acometieron una serie de actuaciones de envergadura para garantizar la estabilidad de todo el Paseo. Así, se realizaron unos sondeos geológicos, con prospecciones de 20 metros de profundidad, precisamente en las inmediaciones del Hotel Cristina, justo en el mismo punto en el que ha actuado estos días para reparar la acometida de agua.
Esos sondeos, han explicado desde el consistorio, se hicieron con el objetivo de estudiar la solución constructiva para toda la obra del paseo, incluida la galería subterránea por donde discurren las instalaciones y también para definir la cimentación del ascensor que se construyó para enlazar los jardincillos con el centro de la ciudad.
Entre otras actuaciones ejecutadas en el Óvalo por el prestigioso equipo de arquitectos de David Chiperfield, se pavimentó la vía y se renovaron todos los servicios de abastecimiento de agua, luz y telefonía. Además, en la confluencia de la calle del Salvador con el Óvalo, se inyectó una gran cantidad de hormigón para afianzar el terreno y garantizar la estabilidad.
RECUERDAN EL PRECEDENTE DE 2018
Ahora, a falta de colocar el adoquinado, el servicio concesionario de Aguas de Teruel ha finalizado las obras de compactación del terreno en el inicio del Paseo del Óvalo en su confluencia con la calle Nueva donde los operarios habían abierto un socavón para reparar las filtraciones en la acometida de saneamiento de un establecimiento.
Para reparar la filtración registrada a varios metros de profundidad se tuvo que abrir un agujero que ha sido rellenado y compactado por los operarios de Aguas de Teruel quedando perfectamente estabilizado el terreno.
Desde el Ayuntamiento se quiere tranquilizar a las personas que se alarmaron al ver el boquete que nada tiene que ver con la aparición de oquedades en el subsuelo del Paseo como se ha intentado transmitir desde algún colectivo avivando la polémica desde las redes sociales.
Un caso similar a este ocurrió en 2018, cuando las obras para reparar una tubería de agua causaron manchas de humedad en las paredes de piedra de la Escalinata y se fueron difuminando una vez solucionado el problema. La utilización de cemento 'portland', altamente impermeabilizante, impide el paso de agua provocando que la humedad salga por el ladrillo en lugar de por la junta de cemento, si bien esas manchas han ido desapareciendo una vez erradicadas las filtraciones.
CALLE DE SAN FRANCISCO
Los estudios geofísicos realizados en el último año en la calle San Francisco también permitieron analizar el subsuelo del Paseo del Óvalo hasta la Escalinata. Así, para conocer la localización y extensión de posibles zonas aflojadas o con un contenido en humedad anómalo se ha aplicado la metodología geofísica específica para estos casos, combinando diferentes técnicas con el fin de obtener la mayor cantidad de información posible acerca de las características del subsuelo desde el inicio de la Escalinata en el Óvalo y a lo largo de toda la calle San Francisco.
En concreto, los métodos geofísicos aplicados han sido el georadar, de carácter no destructivo, capaz de proporcionar información muy detallada respecto a ciertas características del subsuelo de la zona estudiada, en rangos relativamente someros de profundidad pero que en las condiciones más favorables pueden llegar a superar la decena de metros
Igualmente, la tomografía eléctrica, una metodología que permite determinar la resistividad eléctrica del terreno en el plano situado en la vertical del dispositivo de medida, y sirve para identificar todo tipo de accidentes o discontinuidades, como pueden ser zonas alteradas, contactos entre unidades litológicas de diferente naturaleza, oquedades, rellenos arcillosos y zonas con un contenido atípico de humedad.
También, la sísmica de refracción, por la que se miden los tiempos invertidos por una onda de compresión en llegar a través del subsuelo a una serie de sensores (geófonos) situados alineados en la superficie del terreno. Esta onda de compresión se produce por medios mecánicos liberando instantáneamente una cierta cantidad de energía en un punto determinado de la superficie del terreno, alineado con el perfil definido por los sensores.
Y los ensayos ReMi-MASW, métodos que consisten en el registro de las ondas sísmicas superficiales del tipo Rayleigh generadas a partir de diferentes tipos de fuentes sísmicas y en el análisis de las velocidades de propagación de esas ondas superficiales (CR), para finalmente determinar los valores de la velocidad de las ondas de cizalla (VS) en función de la profundidad.
Además, el Ayuntamiento de Teruel ha encargado un proyecto de entorno a 40.000 euros para instalar unos piezómetros en la calle de San Francisco y en el Camino de la Estación que medirán la evolución del nivel freático en la zona.