ZARAGOZA 19 Mar. (EUROPA PRESS) -
El arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez Zamora, ha ordenado este domingo, 19 de marzo, a cuatro nuevos diáconos, Néstor Orlando Castro, José Orlando Herrera, Francisco Javier Martínez y David Julián Rojas, que se han formado en el Seminario Metropolitano de la capital aragonesa.
Este acto ha tenido lugar coincidiendo con la celebración del Día del Seminario, con motivo de la fiesta de San José, que este año lleva por lema 'Cercanos a Dios y a los hermanos' porque "el sacerdote es puente que une a Dios y a los hombres" y "hombre de fe que confía plenamente en Dios para el servicio de los hermanos".
Así se recoge en la sección de 'Carta del arzobispo' de la publicación la Iglesia en Aragón de este domingo, 19 de marzo, donde el prelado pone de manifiesto la necesidad de vocaciones sacerdotales porque de ellas depende el futuro religioso de la sociedad cristiana y es "índice justo e inexorable de la vitalidad de la fe y amor de cada comunidad parroquial y diocesana y testimonio de la salud moral de las familias cristianas".
Añade que a pesar de que en la diócesis "está remontando el número de vocaciones al Seminario Mayor, estamos atravesando todavía una crisis de vocaciones al sacerdocio", que, a su entender, responde tanto a "múltiples causas de tipo demográfico, económico, social, cultural, religioso e institucional", como a "deficiencias de nuestra vida personal, a la debilidad en la fe de nuestras comunidades parroquiales y religiosas, a omisiones y falta de interés en nuestra acción pastoral".
Además de confiar en Dios, el arzobispo manifiesta que se requiere crear una cultura vocacional, "es decir, cultivar el campo favorable para que la semilla de la vocación arraigue, crezca y florezca" mediante "la gratitud, la apertura a lo trascendente, la disponibilidad para el servicio, el afecto, la comprensión, el perdón, la responsabilidad, la capacidad de tener ideales, el asombro y la generosidad en la entrega".
Igualmente, expone que la cultura vocacional necesita del ejemplo y el testimonio "alegre" de los sacerdotes, "que sepan y quieran guiar a los niños, adolescentes y jóvenes como compañeros de viaje", sostiene Vicente Jiménez Zamora.