La monja y pintora Isabel Guerra retrata al Arzobispo de Zaragoza como "pastor, guía y padre"

Monseñor Vicente Jiménez y la pintora y monja Isabel Guerra presentan el retrato que ella ha realizado al Arzobispo de Zaragoza.
Monseñor Vicente Jiménez y la pintora y monja Isabel Guerra presentan el retrato que ella ha realizado al Arzobispo de Zaragoza. - EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 17 octubre 2019 20:42

ZARAGOZA 17 Oct. (EUROPA PRESS) -

La archidiócesis de Zaragoza ha presentado este jueves, 17 de octubre, el retrato que ha realizado la pintora y monja Isabel Guerra al arzobispo monseñor Vicente Jiménez, donde le muestra como "pastor, guía y padre" y que también transmite, según ella, el alma del prelado, su "serenidad" y "seguridad".

Así lo ha manifestado en declaraciones a los medios de comunicación, antes de participar en el acto de presentación, que ha tenido lugar en el Salón del Trono del Palacio Arzobispal, que también forma parte del Alma Mater Museum, un espacio cuya reapertura se ha producido, igualmente, este jueves, tras haber sido sometido a una restauración del techo, el pintado de las paredes y la reordenación de los cuadros que luce.

Isabel Guerra ha sido la autora de los retratos de los últimos cuatro arzobispos de Zaragoza, los monseñores Pedro Cantero, Elías Yanes, Manuel Ureña y ahora Vicente Jiménez, algo que ha considerado un "honor grande, un privilegio" porque supone "retratar al que es tu padre y pastor y eso es muy bonito para mí".

En el caso de monseñor Vicente Jiménez, cuyo cuadro tiene las mismas dimensiones que el resto de la serie, la autora ha relatado que ha procurado transmitir "el alma y la personalidad" del prelado, del que ha resaltado su "serenidad" y "seguridad", algo que ha percibido ya que en el posado no ha necesitado cambiar de postura.

"Está seguro de sus criterios y firme en sus convicciones" ya que también es esa la postura que adopta, que "no varía", con una mirada directa, que transmite "una claridad de mente extraordinaria", así como un "estar con paz y serenidad ante la vida", que "supongo que para un arzobispo de Zaragoza no siempre es fácil".

"Sabemos aquello en lo que cree, que lleva adelante y que está firmemente decidido a hacerlo", ha sintetizado Isabel Guerra, para comentar también que monseñor Vicente Jiménez tiene una expresión propia, que no cambia "y que es una facilidad grande para el pintor".

Asimismo, ha detallado que el cuadro muestra al prelado con su postura habitual, sonriente, con un fondo neutro en azules, para no distraer la atención. Aparece vestido con la indumentaria eclesiástica que le distingue como arzobispo, con el solideo --pequeño sombrero redondo de color morado que llevan los prelados-- y la cruz pectoral.

POSADO

La pintora ha explicado que tuvo una sesión de posado de unas dos horas con el arzobispo, que se desarrolló en el mes de julio en el Monasterio de Santa Lucía de Zaragoza, donde reside, donde también hizo un reportaje fotográfico que le ha servido para su trabajo.

Respecto a la técnica, ha comentado que es una pintura al óleo, para recordar que ella usa la espátula. A los fondos les ha dado una aportación de textura con arena.

El arzobispo se ha mostrado satisfecho del resultado, que ha dicho que es "primoroso". "Si el semblante es el reflejo del alma", en esta obra se retrata "mi persona y mi alma", ha afirmado, al tiempo que se ha mostrado "sinceramente agradecido" con la autora.

Monseñor Jiménez ha recordado que Isabel Guerra, además de retratar a los últimos cuatro arzobispo de Zaragoza, también ha pintado a todos los presidentes de la Conferencia Episcopal Española, cuadros que están en la antesala del Aula Magna de la CEE, y acaba de pintar al Papa Francisco, sentado en su sillón blanco, junto a un guardia suizo que le hace de escolta, obra que ya está en el Vaticano.

De ella, ha dicho que "es una mujer que dentro del claustro es una ventana abierta al mundo, una celda donde cabe el mundo porque en su corazón y en su cabeza y en sus manos cabe el mundo; ella desde lo natural quiere ser reflejo de lo divino en lo cotidiano", ha glosado.

EL SALÓN DEL TRONO

El Salón del Trono que se ha reabierto este jueves muestra en sus paredes una serie de retratos denominada serie de los arzobispos, que se inició a mediados del siglo XVII y que es fruto de los encargados realizados por cada prelado.

Con la intervención que se ha realizado este año, que se inició en enero, se ha aprovechado para reubicar esa serie, dejando tres huecos destinados al actual arzobispo y a los dos que le sucedan. En la disposición anterior, no había espacio para nuevos retratos.

Además, se ha aprovechado para instalar una copia del cuadro del Cristo de Velázquez, que preside la sala. El ecónomo de la Archidiócesis, Jaime Sanaú, ha indicado que ha sido una actuación "costosa" ya que se ha tenido que hacer un tratamiento contra la carcoma en la parte del techo, además de pintar la sala y montar y desmontar toda la galería de cuadros.

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