ZARAGOZA 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
El comisionado para la lucha contra la Despoblación en Aragón, Javier Allué, ha apostado, en una entrevista con Europa Press, por establecer "una fiscalidad diferenciada" para atender al medio rural, uno de los ámbitos de desigualdad en la Comunidad Autónoma.
Ha hablado de "legislar de forma diferenciada" para atender realidades diferentes, como el mayor coste del acceso a los servicios básicos, de ahí su recomendación de implantar una fiscalidad específica, lo que es "justo", aunque ha puntualizado que "en la ciudad tampoco nada es gratis" y que, por ejemplo, "es mejor la asistencia sanitaria --primaria-- del medio rural" en cuanto a las esperas.
En su opinión, "combinar" políticas fiscales 'ad hoc' permitirá promover la creación de empleo, la reinstalación de empresas, pero siempre funcionando de una manera "sinfónica". La cuestión "es estudiar el conjunto en global", ha apostillado.
A su parecer, es conveniente reformar la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas para incorporar el coste de los servicios públicos básicos y fijar las inversiones del Estado en las regiones teniendo en cuenta no solo criterios como el PIB o el volumen de población, sino otros recogidos en el Estatuto aragonés, como la orografía. "La financiación autonómica no tiene que producir desigualdades", ha subrayado Allué, proponiendo introducir criterios "para todos" los territorios con riesgo de despoblación, como es el caso de Teruel o de algunas zonas de Castilla-La Mancha y Castilla y León.
También que se reforme la Ley de Haciendas Locales para asegurar una mejor financiación de los municipios "y las singularidades de algunos de ellos", más cuando esta es una competencia del Estado. Ha sugerido modificar incluso la Ley de Bases de Régimen Local para reordenar las competencias, de manera que las entidades locales tengan más capacidad de decisión en lo que atañe a la fijación de población.
"Si el medio rural es una prioridad, tiene que tener un reflejo claro" por parte de los representantes públicos y privados, ha proseguido Javier Allué.
En su opinión, "una PAC bien redistribuida, que afecte a la economía rural, que fije población" y se dirija al agricultor activo "es la mejor política de transferencia básica". "Son 500 millones al año", ha recalcado.
Ha aludido a otros organismos públicos que también desarrollan políticas rurales como el Instituto Aragonés de Fomento (IAF), que tiene programas de emprendimiento rural y de desarrollo agroalimentario que "inciden en el territorio" y que "poco a poco" se van llevando a cabo. También es el caso del INAEM, con planes de apoyo a la empleabilidad de los jóvenes y a la mujer emprendedora.
Otro aspecto a trabajar es la educación y la sanidad, de ahí la creación del Observatorio de la Escuela Rural: "Cuando la escuela del pueblo cierra, vete apagando la luz", ha sentenciado Allué, quien también ha llamado la atención sobre la situación de los médicos rurales y los "problemas" para cubrir plazas vacantes, ante los que un equipo del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS) está diseñando un nuevo modelo de innovación "teniendo en cuenta al medio rural".
PLAN FORESTAL
Una de las medidas impulsadas por el Gobierno de Aragón es el Plan Forestal, que se basa en la economía y la sostenibilidad del monte para "poder revitalizar el territorio" y generar empleo en la zona.
Otra opción para crear empleo, ha opinado, pasa por colectivos como la Asociación contra la Despoblación del Medio Rural y otras organizaciones, siempre "de forma altruista, a cambio de nada", que cruzan en sus webs las ofertas con las solicitudes de trabajo y vivienda de familias inmigrantes.
"Deben ser más apoyados que lo que son ahora", más teniendo en cuenta que "si alguien viene a aportar, a ofrecer, bienvenido". Ha recomendado "crear una red armónica de todos los que trabajan en esta dinámica" porque "es una buena cosa".
"El territorio no se protege solo, se protege con el ser humano", ha manifestado Javier Allué, haciendo notar que la población se está concentrando, en todo el mundo, en las grandes ciudades.
En Europa, a principios del siglo XX, residía el 25 por ciento de la población mundial, actualmente un 10 por ciento y para 2050 lo hará entre el siete y el ocho por ciento, la mayoría en las grandes urbes. Por este motivo, el comisionado aboga por "ir a criterios de equilibrio demográfico".
"No es una cuestión de hoy para mañana", ha observado Allué, para quien debe realizarse un trabajo de forma coordinada y "ser capaces de hacerlo mucho mejor que hace diez años".