Javier Lambán dice que "seguimos creyendo" en la UE, el "gran edificio político" que cimentó Willy Brandt

ZARAGOZA 6 Jul. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ha afirmado este jueves que "seguimos creyendo" en la UE, aunque "no atraviesa su mejor momento". Ha participado en el acto 'Willy Brandt, 80 años después', celebrado en el Colegio de Abogados de Zaragoza en homenaje al "universal" socialdemócrata alemán.

Momentos antes de participar en el acto, el jefe del Ejecutivo autonómico, también secretario general del PSOE aragonés, ha destacado el "profundo sentido europeísta" de Brandt, así como su "afán de servicio a la paz y el progreso social", considerando que hoy vería el futuro de la UE "con mucha preocupación".

Personas de la talla de Brandt fueron auténticos "gigantes de la política europea", ha continuado Lambán, quien ha puesto de relieve la experiencia de aquella generación en la II Guerra Mundial, que pusieron los cimientos de la UE, "una gran arquitectura política" para unir a Europa y "evitar guerras como la que ellos habían sufrido en sus propias carnes", un proyecto --ha apuntado-- basado en la democracia representativa, la economía social de mercado y el Estado del Bienestar.

Ha observado que el Estado del Bienestar y la UE no han sido creaciones de la socialdemocracia o, en general, la izquierda, sino que son producto de "grandes acuerdos" entre liberales, socialdemócratas y demócrata-cristianos.

"El nombre de Willy Brandt cualquier demócrata europeo lo tiene que pronunciar con admiración y un socialista español, de manera absolutamente reverencial", ha considerado Javier Lambán, quien ha recordado que el Consejo de Gobierno dará el visto bueno, este mes de julio, al proyecto de ley de Memoria Democrática de Aragón.

Precisamente, Willy Brandt asistió hace 80 años a la guerra civil española, recorriendo Aragón y también Barcelona. Las fundaciones Willy Brandt y Friedrich Ebert han editado en español un libro con escritos del político alemán en los que relata su presencia en España, donde fue testigo de la "división cruel dentro de la izquierda española, casi un presagio de derrota".