TERUEL 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
El magistrado titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Teruel, Jorge Cañadas, ha dictado auto de prisión comunicada y sin fianza, por la presunta comisión de un delito de homicidio por imprudencia grave, para Carlos M.V., de 22 años de edad, conductor del turismo que atropelló el domingo pasado al ciclista J.L.A.S., de 43 años y vecino de Cella, y le causó la muerte. El magistrado ha destacado en el auto que es reincidente.
El accidente se registro a las 12.10 horas de este domingo, en el punto kilométrico 585,800 de la carretera nacional N-420, en el término municipal de Teruel, cuando el turismo Renault Megane conducido alcanzó a dos ciclistas, falleciendo uno y resultando herido leve el otro ciclista, A.D.C.
El magistrado ha tomado declaración este martes al joven, que fue detenido este lunes por la Guardia Civil. La abogada del mismo ha eludido realizar cualquier tipo de manifestación.
El juez ha fundamentado su decisión de enviarlo a prisión ya que, dándose además la circunstancia de que el joven dio positivo en la prueba de alcoholemia, existen indicios suficientes para considerarle responsable de los hechos ocurridos y el delito cometido. Por conducción temeraria y poner en peligro la vida o la integridad de las personas, la pena a la que se enfrenta el presunto autor va de los 2 años, 6 meses y un día, hasta los 4 años de cárcel.
El instructor hace especial hincapié en su reincidencia, ya que fue condenado por la Audiencia Provincial de Teruel en 2013 por un delito de lesiones graves y, de nuevo, en 2016, por los delitos de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, atentado y lesiones.
En el momento en que ocurrieron los hechos, el joven se encontraba en el tercer grado penitenciario y en situación de libertad bajo control telemático con un expediente abierto de libertad condicional, pendiente de resolución ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 2 de Aragón.
El juez expresa en el auto, que con 22 años a punto de cumplir los 23, el investigado "presenta un nulo control de sus impulsos delictivos" y que la medida acordada es "la única realmente conducente a evitar su reiteración delictiva".
UNA RECTA CON BUENA VISIBILIDAD
El accidente se produjo en un tramo recto, en buen estado de conservación y con buena visibilidad de la carretera N-420, donde Carlos M.V. perdió el control de su vehículo y se salió parcialmente de la vía, "invadiendo el arcén" y alcanzando a J.L.A.S., quien murió a causa del impacto. A.D.C. sufrió lesiones leves al impactarle una pieza que se desprendió del turismo en la colisión, relata el instructor.
En la prueba de etilometría realizada por la Guardia Civil, el detenido arrojó una tasa de alcohol de 0,31 miligramos por litro de aire espirado y a las 13.25 horas de 0,28. Además, se ha sometido voluntariamente a una toma de muestras de sangre y saliva en el Hospital Obispo Polanco de la capital turolense para determinar si había consumido drogas.
DECLARACIÓN
Ante el juez, Carlos M.V. ha declarado que había dormido el sábado desde las 00.00 hasta las 14.00 horas, aproximadamente, y que a las 18.00 horas se marchó a Torres de Albarracín, localidad en fiestas, para después ir hasta Gea de Albarracín, adonde llegó a las 23.30 horas, durmiendo una o dos horas en casa de un amigo. En Gea bebió dos cervezas, según ha asegurado.
Después dejó a dos amigos en Teruel entre las 10.00 y las 11.00 horas para después almorzar con una amiga en un bar del barrio de San Julián y llevarla a su casa en Villalba Baja, produciéndose el accidente a su regreso a la capital.
El presunto autor ha afirmado que se apercibió de la presencia de los ciclistas a unos 50 metros de distancia, aunque los agentes que han instruido el expediente han señalado que un conductor con las facultades psicofísicas normales "lo hubiera hecho a una distancia mucho mayor".
El investigado atribuye la causa del accidente a la salida de un animal, lo que habría motivado la supuesta invasión por el ciclista fallecido de su carril de circulación, lo que le habría llevado a frenar y desviarse a la izquierda, sin poder esquivarle.
Los instructores han indicado que el accidente se ha producido dentro del arcén por el que circulaban los ciclistas, que no existe huella de frenada y que un conductor con facultades normales "hubiera podido superar a los ciclistas sin riesgo alguno para ninguno de los intervinientes".
Por último, Carlos M.V. ha declarado que en el momento de producirse los hechos no consideraba irresponsable conducir en las condiciones de falta de sueño e ingesta de alcohol en que lo hacía y que no se encontraba cansado; tampoco encuentra razón entre la discordancia entre lo que dice haber bebido y la medición objetiva del etilómetro.
Por el contrario, los funcionarios de la Guardia Civil instructores del expediente han manifestado que el joven presentaba una apariencia completamente anómala tras lo sucedido: aspecto soporífero, de tranquilidad, ausencia de cualquier nerviosismo y
agotamiento. En este sentido han añadido que en sucesos análogos, aunque la reacción de cada persona es distinta, en ningún caso es de la tranquilidad en que se encontraba el investigado.