Ha alertado de que la rotura de un Yesa recrecido podría inundar muchos pueblos ribereños y gran parte de la ciudad de Zaragoza
ZARAGOZA, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
El diputado de CHA y portavoz adjunto del Grupo Plurinacional Sumar en el Congreso de los Diputados, Jorge Pueyo, ha reclamado este martes la revisión de la política de grandes infraestructuras hidráulicas, en especial el recrecimiento de Yesa, a la luz del nuevo escenario de lluvias torrenciales provocadas por la emergencia climática, como la sufrida el pasado 29 de octubre en el Levante español.
Así, Pueyo ha alertado en rueda de prensa de que, ante una DANA como esta, un embalse de Yesa recrecido podría convertirse en "una bomba de gran potencial destructivo".
Por ello, ha recogido la propuesta de la Asociación Río Aragón contra el recrecimiento de Yesa, que ha solciitado recientemente que se aborden "de forma decidida" las causas de la tragedia de Valencia y se tomen medidas para paliar algo similar de cara al futuro.
"Para ello, es esencial entender que en lo referente al clima y sus derivadas el mundo está cambiando de forma decisiva y que, para este nuevo ciclo histórico, las soluciones que funcionaron en el viejo mundo han quedado obsoletas", ha remarcado.
Pueyo ha reseñado la polémica que siempre ha acompañado a este proyecto, que ahora reivindica el presidente de Aragón, Jorge Azcón, repasando "las razones medioambientales, económicas o sociales, pero, sobre todo, el grave problema de seguridad ante los nuevos fenómenos como las DANA, que no hacen sino aumentar el potencial de peligrosidad de forma exponencial".
De este modo, el parlamentario aragonés ha recordado cómo, en 2012, como consecuencia de unas precipitaciones en otoño que llegaron a los 115 litros por metro cuadrado, se tuvieron que desalojar, expropiar y demoler dos urbanizaciones de Yesa, debido a los "peligrosos deslizamientos" que se produjeron en la ladera derecha, que llegaron a levantar la cimentación de la propia presa.
UN "DESPILFARRO"
"Desde entonces, los impulsores de la obra se han gastado casi 100 millones de euros en intentar estabilizar dichas laderas, pero la realidad es que, a fecha de hoy, no han podido garantizar su estabilidad de las mismas. Además, se están planteando el cambio de ubicación y tipo de aliviaderos pues resultaron afectados durante aquellos episodios", ha añadido Pueyo, quien ha resaltado el "despilfarro" de este "macroproyecto".
Ha criticado que las obras están "dilapidando" 432 millones de euros, con los que se podría pagar "dos veces la segunda línea de tranvía de Zaragoza, cinco hospitales como el de Alcañiz, 50 centros de salud como el de Barbastro o 140 colegios del Gobierno de Aragón".
A ello ha sumado que las nuevas danas están aportando lluvias de casi 600 litros por metro cuadrado, que dejan cortas las estimaciones que hasta hace pocos años resultaban "más o menos fiablles".
Sin embargo, el recrecimiento de Yesa, una obra que ha insistido en que está planteada desde "criterios obsoletos", amparada por la "prepotencia ingenieril" y los "intereses económicos inmediatos de algunos sectores privilegiadas", parece continuar "su dinámica de patada hacia adelante sin ninguna reflexión sosegada sobre lo peligroso de su implementación real".
Ha criticado también que se planteen embalses como una alternativa esencial para el control de avenidas a la par que "se desprecian" medidas de recuperación de dominios hidráulicos para el río o la limitación de actividades en zonas de inundación, que "cada día resultarán más frecuentes".
"Frente al cambio climático y sus consecuencias no vale la articulación de medidas de oposición frontal a base de hormigón, sino adaptar nuestras actividades humanas a los flujos de la naturaleza cambiante. No hay que hacer muchos estudios, aunque los hay, para darse cuenta de que, a fecha de hoy, un embalse de Yesa recrecido y casi lleno, con unas precipitaciones similares a las que se han producido en Valencia y con unos aliviaderos de capacidad limitada que sólo podrían desalojar hasta 1.495 metros cúbicos por segundo como máximo, es una auténtica bomba de relojería que podría activarse con una DANA con efectos devastadores aguas abajo de la presa", ha recalcado Pueyo.
UNA DANA INUNDARÍA LA RIBERA Y PARTE DE ZARAGOZA
A continuación, citando el trabajo del doctor en Mecánica de Fluidos César González Cebollada, ha explicado las posibles consecuencias de una DANA de estas características sobre el embalse recrecido, que tiene un riesgo de rotura "muy superior a la media".
Esa rotura, ha proseguido, sería 17 veces superior a una crecida natural e inundaría por completo gran parte de municipios de la ribera del Ebro y afectaría hasta a 300.000 habitantes de la ciudad de Zaragoza, "muchos hasta el tercer piso de los edificios".
Según las recreaciones elaboradas por el doctor González Cebollada, se inundarían los barrios zaragozanos del Actur, el Arrabal, Cogullada, La Jota, Barrio Jesús, Vadorrey, Picarral, Las Fuentes, las partes bajas de San José, el Centro, todo el Casco Histórico, Tenerías, San Agustín, El Tubo, San Miguel, La Madalena, San Pablo, La Almozara o Torres de San Lamberto. "Si el PSOE y el PP siguen empeñados en recrecer Yesa, esto podría no ser una simulación", ha sentenciado.
El diputado de Sumar ha apuntado también que, a orillas del recrecimiento, en el pueblo de Sigüés, han tenido que construir un muro que rodea al pueblo "cuyo diseño genera incertidumbres más que fundadas y la muerte del propio lugar".
"Ahora más que nunca, por prudencia, seguridad y racionalidad exigimos detener el irracional recrecimiento de Yesa, propio de un mundo que ya no existe. Como en tantas cosas del desarrollismo desbocado que están llevando al planeta a una situación insostenible, también en Yesa es imperativo abordar una retirada estratégica a tiempo", ha subrayado.
El diputado de CHA ha concluido anunciando el registro de preguntas parlamentarias para saber si el Ejecutivo central va a revisar su política en relación con el recrecimiento de Yesa ante episodios como la DANA del pasado 29 de octubre, si considera que ha llegado el momento de revisar la política de grandes infraestructuras hidráulicas a la luz del nuevo escenario; y si apuesta por un desarrollo sostenible que incluya la retirada estratégica en proyectos "obsoletos" como este.