TARAZONA (ZARAGOZA), 1 (EUROPA PRESS)
La Fundación Tarazona Monumental ha iniciado la restauración de la cúpula que corona la escalera noble del Palacio Episcopal de Tarazona. Se prevé que la intervención se prolongue durante cuatro meses y su presupuesto supera los 40.000 euros.
Esta cúpula responde a un diseño evolucionado para el momento de su realización, en 1552, que toma como modelo creaciones italianas y francesas. Destaca su original solución arquitectónica y su decoración, así como la complejidad de su discurso iconográfico.
El restaurador de la Fundación Tarazona Monumental y director de estos trabajos, Miguel Agoiz, ha explicado que durante este primer mes de restauración "se está procediendo a eliminar, mediante limpieza mecánica, las gruesas capas de cal blanca que ocultaban la belleza y delicadeza de los relieves y esculturas".
Aunque se barajaba la posibilidad de que podría haber restos de policromías subyacentes, la intervención está superando todas las expectativas "ahora se sabe que toda la superficie de la cúpula estaba pintada, ya que se han descubierto una gran cantidad de pinturas en diferentes partes de la misma", ha comentado Agoiz.
Por su parte, el gerente de Tarazona Monumental, Julio Zaldívar, ha subrayado "la calidad técnica del trazo de los dibujos descubiertos y de su policromía nos permite imaginar su belleza, algo que sin duda reforzará su importancia dentro del renacimiento aragonés, y se convertirá en un reclamo para visitar Tarazona".
También se está aprovechando para revisar los anclajes de los elementos de yeso, fijados durante la obra de consolidación del edificio en 2016, y se llevará a cabo el sellado de grietas para minimizar el impacto visual de las mismas, se restaurarán los retratos y se mejorarán los cerramientos de los vanos.
CÚPULA DE LA ESCALERA NOBLE
Terminada la reforma renacentista de la nave mayor y el transepto de la Catedral de Nuestra Señora de la Huerta, llevada a cabo por polifacético maestro Alonso González, que incluyó la renovación del cimborrio recién levantado bajo la dirección del zaragozano Juan Botero el Viejo y su decoración interior, incluidas las sorprendentes grisallas con personajes desnudos del tambor, González comenzó la decoración del interior de la escalera del Palacio Episcopal.
Se cree que, por su oficio de entallador, habría ejecutado en yeso los relieves, estatuas y demás elementos, siguiendo un diseño del pintor italiano Pietro Morone, aunque lo cierto es que esta colaboración todavía está pendiente de ser corroborada.
El promotor de la obra, el obispo Juan González de Munébrega, participaba del clima culto de la Corte. Era servidor del rey en su Consejo y poco después serviría como ayudante del Inquisidor General, a quien auxilió en el tribunal de Sevilla, lo que justifica que la decoración de esta escalera se convirtiese en una exaltación a la Monarquía Católica.
El prelado turiasonense consiguió ir más allá de este mensaje, desplegando un mensaje de gran interés. Se trata de un programa innovador que pone en relación ciertas figuras mitológicas entre sí y con el emperador, convirtiéndose en un referente a la hora de profundizar en la interpretación de representaciones de este tipo.
La decoración queda definida en dos planos: el primero que se uede calificar de real y el segundo ideal - mitológico. Puestos en relación equiparan al futuro Felipe II con la descendencia de Júpiter.
El plano de la realidad se corresponde con el de las pinturas murales alojadas en el tambor, que representan a Carlos V, Felipe II, el emblema de la monarquía y el imperio cristiano universal, y al propio comitente, el obispo Munébrega; mientras que el ideal es el de las estatuas de las mujeres objeto de los amoríos de Júpiter, con las que engendró a seres divinos o semidivinos.
Esta obra, además de permitir identificar las imágenes que componen su programa mitológico, ha permitido identificar los grabados que son transposiciones de algunas de ellas y corregir la denominación de las estampas originarias, lo cual reviste una enorme importancia.
PALACIO EPISCOPAL DE TARAZONA
Se trata de uno de los principales monumentos de la ciudad y una de las construcciones civiles más singulares de su género en el conjunto de Aragón.
Antigua zuda musulmana y posteriormente castillo cristino, pasó a ser residencia de los obispos de Tarazona a finales del siglo XIV, adquiriendo su apariencia actual en el siglo XVI con un conjunto de reformas renacentistas que lo hacen único. Sus ampliaciones continuaron en el Barroco, época a la que pertenecen sus singulares calabozos episcopales.
Desde el año 2008, la Fundación Tarazona Monumental trabaja en la rehabilitación y restauración del inmueble y los bienes que atesora, y le procura un mantenimiento a través de la gestión turística.