Ha recibido el Premio 'Comunicar en Valores' creado por el Arzobispado de Zaragoza
ZARAGOZA, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
La periodista Rosa María Calaf ha advertido este martes, 7 de febrero, en Zaragoza, de los riesgos de tratar la información como negocio "porque es un bien frágil y precioso para dejarlo en manos del mercado".
Así se ha pronunciado tras recibir el Premio 'Comunicar en Valores', que celebra su primera edición y ha sido creado por el Arzobispado de Zaragoza. El jurado ha estado presidido por el arzobispo de Zaragoza, monseñor Vicente Jiménez.
Han formado parte del mismo el presidente de DIRCOM Aragón, Ricardo Pereda; el profesor de la Universidad de Zaragoza, Juan Pablo Artero, el director de COPE Aragón, Ángel Herrero; la subdirectora de Heraldo de Aragón, Encarna Samitier; el director del grado de Periodismo de la Universidad San Jorge, José Juan Verón; y el delegado de Medios de la Archidiócesis de Zaragoza, José Antonio Calvo.
El acto de entrega ha tenido lugar en el Museo Alma Mater de la capital aragonesa. El arzobispo de Zaragoza ha hecho entrega a la galardonada de una litografía de la monja pintora Isabel Guerra.
En su intervención, Calaf ha sostenido que "recibir buena información es un derecho" y "buscarla una obligación", para apuntar que "los valores van desapareciendo en este marasmo que es internet" y las pantallas que canalizan las noticias o los mensajes transmitidos en unos pocos caracteres de Twitter dan "ilusión" de realidad y hacen que "se prefiera lo que impacta sobre lo que importa".
En este sentido, ha considerado que es "difícil introducir temas fundamentales" y hay crisis y continentes "olvidados" y poblaciones "desechadas". Asimismo, ha alertado de la información "precocinada", de los "eufemismos que instalan la mentira" y la "tergiversación que favorece causas injustas".
INFORMACIÓN Y TECNOLOGÍA
La periodista ha opinado que "la información puede acabar supeditada a la tecnología" y esta última "puede acabar aplastando los conocimientos".
Frente a esto, ha señalado que hay que aprender a "interpretar" los mensajes y "reacción con espíritu crítico" para saber diferenciar "lo que está bien y mal" y los periodistas deben buscar la verdad "hasta donde sea posible, con rigor y honestidad" para "desentrañar lo complejo e ir a donde está el silencio".
Sobre su trabajo, ha dicho que se ha centrado en "contar lo que sucede y lo que sucede a las personas", adentrarse "en lo ajeno, en lo diferente, para conocerlo mejor" porque "solo conociendo se puede comprender" y "la importancia de entender lo que sucede es que de ahí sale la obligación de actuar por lo que es justo".
Al respecto, ha esgrimido que "sin justicia es difícil que haya cohesión y sin cohesión no hay paz y si paz no hay desarrollo" y los medios de comunicación "somos el puente" para explicar lo ocurre, para "ejercer Al servicio al bien común", algo que requiere "separar el grano de la paja" y explicar el contexto "porque los hechos no existen solos".
Calaf ha subrayado que la creación de un premio de estas características "es una llamada de atención" para favorecer una comunicación que tengan en cuenta la dignidad de la persona y el compromiso con la justicia y ha expresado su satisfacción por recibirlo, algo que supone a partir de ahora una "responsabilidad para no bajar la guardia".
COMPROMISO ÉTICO
El arzobispo de Zaragoza, monseñor Vicente Jiménez, ha subrayado que la premiada "encarna los tres principios que recogen las bases de este reconocimiento: el servicio a la dignidad de la persona y los derechos humanos; el compromiso ético, por encima de intereses políticos, económicos, ideológicos o de cualquier otra índole, y la defensa, bien explícita o mediante el testimonio, de los valores evangélicos".
Según ha glosado, este premio es un homenaje a Rosa María Calaf "por su trabajo bien hecho, una auténtica comunicadora que ha hecho del anuncio de la verdad una pasión y un compromiso porque entiende que ayuda a los hombres crecer en justicia, libertad y dignidad".
Igualmente, le ha agradecido "la práctica de la cultura del encuentro" y el "compromiso de seguir comunicando los valores de la verdad, el bien y la belleza".
El arzobispo ha argumentado que "sin la posibilidad de la verdad, sin aspirar a ella como algo posible y necesario podemos dejar al mundo a merced de totalitarismos y populismos, de medidas verdades, eslóganes, tuit ofensivos o ridículos" que "abocan a una sociedad sin humanidad".
El prelado ha añadido que el objetivo de este premio es reconocer y estimular la comunicación como servicio a la dignidad humana, para apuntar que la Iglesia es "mensaje, diálogo, coloquio y comunicación".