TERUEL, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los resultados preliminares de una investigación del grupo de PsicoDermatología del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud indican que la soledad es factor de riesgo para enfermedades dermatológicas.
El trabajo analiza la influencia de las relaciones sociales en la salud mental y en la calidad de vida en pacientes dermatológicos y recomiendan un tratamiento integral y multidisciplinar, basado en la escucha al paciente, y aplicando terapias médicas, psicológicas y sociales que mejoren la relación del enfermo con su entorno, ha informado el Gobierno de Aragón en una nota de prensa.
El Departamento de Sanidad de la Comunidad autónoma ha explicado que el aislamiento social y la soledad son factores de riesgo para la salud mental y física, si bien "no se han desarrollado todavía instrumentos adecuados que puedan concretar con exactitud la influencia que tiene la interacción social del individuo con su entorno en su calidad de vida".
Lo que sí está demostrado es que la salud se ve reflejada en la piel ya que esta y el sistema nervioso central están embriológicamente relacionados y comparten hormonas, neurotransmisores y receptores por lo que la epidermis "se convierte en ocasiones en un marcador, una señal de que algo no está funcionando en nuestro interior".
Las mismas fuentes han precisado que alrededor de una cuarta parte de la población mundial sufre de alguna enfermedad de la piel y, según la Organización Mundial de la Salud, el 80 por ciento de las enfermedades de esta parte del cuerpo tienen origen somático.
Por eso, "es necesario tratarlo todo, la enfermedad de la piel que se ve y la enfermedad que no se ve", han argumentado desde el Departamento de Sanidad del Ejecutivo autonómico.
PROYECTO FIS
El grupo de PsicoDermatología del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud ha efectuado entre 2012 y 2015 el proyecto FIS, que analiza el Sociotipo en Psicodermatología de 159 pacientes y 58 personas sanas en el entorno de salud de Alcañiz (Teruel). Ahora, comienza una segunda fase del proyecto para 300 pacientes de más de 65 años.
Con él, se pretende identificar y mejorar la calidad de la asistencia para los pacientes dermatológicos que presentan síntomas de ansiedad o depresión y para las patologías de la piel derivadas de problemas relacionados con el sistema nervioso.
En la investigación, se ha tenido en cuenta la influencia de las enfermedades dermatológicas en las patologías psicológicas de los enfermos. La muestra la han conformado pacientes, leves o moderados, de cinco de las enfermedades dermatológicas visibles más comunes: psoriasis, acné, alopecia, eccema y neurodermitis.
Junto al grupo de PsicoDermatología forman parte del proyecto el Grupo de Investigación en Bioinformación y Biología de Sistemas --del mismo instituto--, el Departamento de Psicología de la Universidad de Zaragoza y la Unidad de Clínica Dermatológica del Hospital de Alcañiz.
El investigador principal de este trabajo multidisciplinar es el dermatólogo Servando Marrón y también participan la psicóloga Lucía Tomás y la enfermera Monserrat Sarrión.
CONCLUSIONES PRELIMINARES
El estudio propone en sus conclusiones preliminares que los pacientes afectados por enfermedades dermatológicas están más aislados socialmente, que se consideran a sí mismos poco sociables y que se encuentran más solos que las personas sanas que también han participado en este estudio.
Además, se percibe que estos individuos mantienen una relación menos estrecha con su familia que las personas sanas, que hablan poco y tienen menos amigos y conocidos y que les cuesta entablar relación con personas nuevas o incluir nuevos amigos en sus círculo de amistades.
Otro de los indicadores que se ha tenido en cuenta en este estudio ha sido la risa. Cuánto tiempo se ríen al día los pacientes. La ausencia de risa es también un síntoma de que algo no funciona bien en el interior.
Estas conclusiones, obtenidas para pacientes del entorno rural, "probablemente se verán agravadas en pacientes urbanos, cuyos entornos sociales y familiares están más diluidos y lejanos y con menor calidad de vida", han apuntado desde el Departamento de Sanidad.
Como tratamiento, desde la Psicodermatología se propone una atención holística, es decir, centrarse en lo que le preocupa al paciente; dedicarle un poco más de tiempo y ejercer una escucha activa; no quedarse solo en una prescripción médica, sino combinarla con otras medidas encaminadas a mejorar las relaciones sociales del paciente y su autoestima.
Este abordaje "permite mejorar la calidad de vida de los pacientes en casi el cien por cien de los casos". Asimismo, "posiblemente se podrían disminuir los fármacos necesarios para el tratamiento a medio y largo plazo y se podría reducir el número de visitas al médico en pacientes crónicos", han apuntado las mismas fuentes.
El Grupo Aragonés de Investigación en PsicoDermatología ha subrayado, igualmente, la necesidad de poner en marcha grupos multidisciplinares de trabajo en coordinación con las áreas de dermatología, salud mental, enfermería y trabajo social y, en especial, con atención primaria.
"Una buena y completa atención en una primera visita con un buen diagnóstico puede disminuir considerablemente la necesidad de atención posterior", han concluido los promotores de este estudio.