La Fiscalía añade un año a su petición de prohibición de aproximación a la víctima
GIJÓN, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -
El hombre, de nacionalidad paraguaya, acusado de mantener sexo con una menor discapacitada física a la que supuestamente sedujo con engaños, al hacerle creer que él la quería más que a su esposa y que quería que fuera su novia, negó los hechos y pidió su libre absolución durante el juicio celebrado hoy, a puerta cerrada, en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón, confirmaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Por su parte, las acusaciones pública y privada mantuvieron su solicitud inicial de cinco años de prisión por un delito contra la libertad sexual, aunque la Fiscalía añadió un año a su petición de prohibición de aproximación a la víctima o comunicación con ella. Además, le solicita que indemnice a la menor en 1.800 euros por daños morales. En la vista declararon el acusado, la víctima, los padres de la menor, la mujer del imputado y un amigo de éste, así como peritos forenses y asistenciales.
Asimismo, según el informe fiscal al que tuvo acceso Europa Press, la adolescente, que tiene un grado de invalidez del 86 por ciento al faltarle los brazos, era hija del matrimonio que acogió al imputado en su casa a su llegada a España.
Los hechos se remontan a abril de 2008, cuando el acusado se trasladó a vivir a Gijón, donde fijó su residencia en el domicilio de un matrimonio oriundo de su mismo pueblo, tras aceptar el imputado la invitación de la pareja para que lograse mejorar su situación laboral. Mientras el procesado vivía en Asturias, su mujer residía en Paraguay.
Asimismo, el matrimonio con el que convivía el imputado tenía una hija, por aquellas fechas de 16 años, que sufría una discapacidad física con invalidez del 86 por ciento al faltarle los dos brazos. El hombre, ya en el mes de mayo, supuestamente comenzó "mendazmente", según la Fiscalía, a decirle a la joven niña que "era muy bonita y que tenía muy buen cuerpo" e incluso le propuso ser su novia.
También el imputado hizo creer a la menor que estaba enamorado de ella y que la quería más que a su propia esposa, para que la joven se confiara y pensara que se trataba de una "relación sentimental seria y de futuro".
En una fecha indeterminada del mes de mayo de ese año, la menor no fue a clase al estar enferma mientras que el acusado tampoco fue a trabajar argumentando que se encontraba mal. Al quedar solos en la vivienda, el imputado entró en la habitación de la niña desnudo de cintura para abajo y, tras quitarle el pantalón del pijama a la menor, mantuvo relaciones sexuales con ella. Éstas, que fueron consentidas por la joven al creen en las promesas del imputado, se repitieron en al menos otra ocasión en que acusado y víctima volvieron a coincidir solos en el domicilio.