OVIEDO 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Principado de Asturias cuenta actualmente con 25 permisos de investigación activos relativos a yacimientos. Son 16 los que están orientados a poner de manifiesto la viavilidad económica de la explotación de yacimiento metálicos.
Otros ocho permisos de investigación se orientan a rocas o a minerales industriales, mientras que uno es relativo a hulla (carbón). Además, existen 18 solicitudes de permisos de investigación que están en tramitación.
Los datos los ha aportado en el pleno de la Junta General del Principado de Asturias (JGPA) la consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico del Gobierno asturiano, Nieves Roqueñí, tras ser interpelada por el secretario general de Foro Asturias y diputado del Grupo Mixto, Adrián Pumares.
Roqueñí ha insistido en que los procedimientos para otorgar esos permisos son "rigurosos" y "garantistas" de cara a desarrollar una minería sostenible desde el punto de vista social, económico y medioambiental.
Ha explicado que Asturias, cuyo desarrollo económico se ha basado en buena medida en la minería, posee una alta diversidad de metales en su subsuelo y, en la actualidad, el interés por estos minerales metálicos, como el cobalto, el cobre o el níquel, es elevado por estar asociado a la necesidad de materias primas para el despliegue de renovables, de baterías o de la digitalización.
En su intervención, Pumares ha acotado la cuestión a la autorización de investigación en los montes de Peñamayor, que buscarían minerales en Laviana, Piloña, Nava y Bimenes. Ha dicho que la empresa encargada no tiene experiencia y que lo que hará será "vender" los resultados. Así, ha acusado al Gobierno asturiano de "patrocinar la especulación".
Roqueñí le ha contestado que la existencia de una investigación no significa que vaya a haber una explotación. "Si bien la solicitud y el otorgamiento de permisos de investigación es relativamente frecuente, su pase a concesión es una rareza", ha señalado.
Ha argumentado que, como en cualquier investigación minera, si los trabajos avanzasen, acabarían con un estudio de viabilidad del proyecto, pero en ningún caso con un proyecto de explotación aprobado.