Caixabank
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Actualizado: miércoles, 8 marzo 2017 12:44

OVIEDO 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

El atracador que mantuvo ayer, martes, a nueve rehenes durante casi una hora amenazados a punta de pistola en una sucursal bancaria en Gijón pasará este jueves a disposición judicial "ya que todavía no han concluido los atestado policiales", según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

Agentes de la Policía Nacional a las 13.50 horas de ayer recibieron una llamada de la Central de Alarmas que comunicaba que un hombre armado con una pistola se encontraba en el interior de una sucursal bancaria de Caixabank en la Avenida de la Constitución de Gijón y tenía retenidos a empleados y clientes.

La Policía estableció un dispositivo de cierre sobre las inmediaciones del banco para garantizar la seguridad de la intervención y preservar el lugar de actuación.

Agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana establecieron el perímetro de seguridad apoyados por agentes de la Policía Local de Gijón que cerraron las vías de salida y las calles adyacentes para evitar la huída del atracador. En la intervención, los agentes realizaron dos disparos intimidatorios para que depusiera su actitud ya que esgrimía el arma contra ellos y amenazaba con matarles.

DROGA A CAMBIO DE LA LIBERACIÓN DE REHENES

Agentes de la Brigada de Policía Judicial y un negociador de la Policía Nacional de Gijón mantuvieron permanente contacto con esta persona para que se mantuviera tranquila y poder solucionar la situación lo más rápidamente posible. El atracador solicitó agua, tabaco y droga como requisitos previos a entablar conversación.

Los agentes a cambio de cumplir con sus exigencias, le pidieron la liberación de los rehenes y éste, como gesto de buena voluntad, permitió salir a seis personas de las nueve retenidas. Tras varios contactos, los Policías fingieron cumplir sus pretensiones y en el momento en el que se iba a realizar la supuesta entrega de los efectos exigidos por él, procedieron a su detención y a la liberación de tres empleados que todavía permanecían en el interior de la oficina.

Sin ofrecer resistencia alguna, al arrestado se le intervino la pistola con la que había amenazado a los retenidos y dos sobres que guardaba entre sus ropas que contenían una cantidad aproximada de 6.000 euros.

Agentes de la Brigada de Policía Científica constataron que la pistola que llevaba era una pistola detonadora que en ese momento no estaba preparada para disparar con munición real. El arrestado tenía antecedentes por robos con violencia e intimidación.

La intervención finalizó a los cuarenta minutos de su inicio, sin ninguna persona herida, aunque las asistencias sanitarias debieron atender a algunos de los rehenes por cuadros de ansiedad. Ninguno de ellos era menor de edad.