OVIEDO 6 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Civil ha detenido a dos hombres, vecinos de Siero, como supuestos autores de hurto continuado de componentes eléctricos de la empresa ADIF. Han sido puestos en libertad hasta que sean requeridos por el titular del Juzgado de Guardia de Siero.
El valor de los efectos sustraidos y los daños causados supera los 36.000 euros, según información de la Benemérita. La investigación se inició después de que en noviembre un representante de la empresa pública 'Administrador de Infraestructuras Ferroviarias' (ADIF), presentase siete denuncias ante la Guardia Civil del Puesto de Armunia (León), en las mismas ponía de manifiesto la sustracción de un total de nueve juntas inductivas, así como los daños causados por los cortes del cable de retorno. Afectando con ello a varios tramos de las vías férreas en los municipios de Siero y Oviedo.
"Estas juntas inductivas tienen un alto contenido en cobre debido al bobinado y las pletinas que se encuentran en su interior. La sustracción de las mismas da lugar a que en la mayoría de los casos se produzcan retrasos en la circulación de trenes tanto de pasajeros como de mercancías. Llegando en algún caso a la suspensión de la circulación de los trenes, con el consiguiente perjuicio para la población", señalan desde la Guardia Civil.
Las primeras gestiones de investigación fueron en los centros gestores de residuos de Asturias como punto previsible de salida a la venta de dicho material, que arrojaron resultado positivo, dado que se localizaron dos bobinas de cobre que coincidían en cuanto a forma y tamaño con las que se encontraban en el interior de las juntas inductivas sustraídas y utilizadas normalmente en las infraestruturas por ADIF.
Desde ese momento, los agentes centraron sus esfuerzos en localizar a los autores de los hechos, para lo cual se mantuvieron entrevistas con varios testigos de la entrega de material, así como examinar la contabilidad de la empresa receptora del residuo, pudiendo comprobar que el supuesto vendedor carecía de antecedentes policiales, por lo cual hubo que recurrir a otro procedimiento de investigación.
Un punto determinante fue la persona que acompañaba al vendedor del material, el cual si contaba con antecedentes por este tipo de hechos, siendo al mismo tiempo el propietario del vehículo donde se transportó este tipo de mercancía.
La operativa por tanto consistía en la sustracción de las juntas inductivas del lugar donde se encontraban instaladas, para llevarlas a otro lugar más seguro donde les permitiera proceder a su apertura y de esta forma extraer las bobinas y las pletinas de cobre que alcanzaban un peso aproximado entre 25 y 30 kilos de peso.
Posteriormente, los autores solían buscar a terceras personas carentes de antecedentes para llevar el material a los centros de reciclaje para la venta, pasando así desapercibidos tanto para el comprador como los investigadores.