OVIEDO, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
El documental 'Los últimos dragones de Oviedo', que muestra las peculiaridades de las salamandras ovetenses, y que está patrocinado por la Fundación Municipal de Cultura, acaba de ser elegido finalista de la XXVIII Bienal Internacional de Cine Científico de Ronda que se celebrará en la ciudad malagueña del 28 de noviembre al 2 de diciembre y en la que se dan cita los mejores trabajos de divulgación científica a nivel mundial.
Según ha informado el Ayuntamiento de Oviedo en una nota de prensa, coincidiendo con la celebración del festival, el departamento de Actividades Educativas de la concejalía de Educación que dirige Mercedes González ha programado para el día 28 de noviembre en el Teatro Filarmónica de Oviedo la proyección del* documental 'Los últimos dragones de Oviedo', a la que asistirán 500 escolares de 6º curso de Primaria y Secundaria de los centros educativos Amor Misericordioso, Dulce Nombre de Jesús, Baudilio Arce, Loyola, Sagrada Familia, Santo Ángel, Santo Domingo* y el I.E.S Alfonso II.
Antes del documental, que ha sido patrocinado por la Fundación Municipal de Cultura, los autores Jorge Cachero y David Álvarez, contarán la historia, los mitos y leyendas que acompañan a las salamandras desde la antigüedad y el secreto de cómo han logrado sobrevivir hasta nuestros días en un lugar completamente diferente a su hábitat natural y en el que apenas hay masas de agua permanente, algo imprescindible para la mayoría de los anfibios. Con posterioridad al visionado del documental, se abrirá un coloquio.
El documental expone los resultados de los trabajos científicos realizados en los últimos años por científicos de la Universidad de Oviedo y del Centro de Investigação em Biodiversidade e Recursos Genéticos de la Universidad de Oporto.
Para este trabajo se analizaron genéticamente muestras procedentes de varias de las 29 poblaciones encontradas dentro de la ciudad. Los resultados confirmaron que estas poblaciones se diferencian genéticamente entre sí debido al aislamiento que se ha producido como consecuencia del crecimiento urbano. Algunas de ellas, como las situadas en la catedral y dentro del Monasterio de San Pelayo, pueden llevar recluidas en su interior desde hace más de 1000 años.*