OVIEDO, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Civil investiga a 33 centros autorizados de tratamiento de vehículos por emisiones de gases contaminantes a la atmósfera dentro de la 'Operación Xielu'.
En los 18 meses que han durado las investigaciones se llevó a cabo el control de más de 65.000 vehículos dados de baja desde el año 2017 en Asturias, según indican desde la Benemérita, añadiendo que el volumen de gases emitidos por los circuitos de aire acondicionado de estos vehículos equivaldría a 42.000 toneladas de CO2 a la atmósfera, con una valoración económica por emisiones que asciende a 1.000.000 de euros.
Durante la operación se han investigado a 50 personas y 33 empresas por la presunta emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero o por comercializar y distribuir irregularmente dichos gases, al no reciclar de forma correcta los fluidos refrigerantes que tienen los sistemas de aire acondicionado de los vehículos.
Las investigaciones comenzaron a raíz de una inspección de vehículos al final de su vida útil (VFVU) en un centro autorizado de tratamiento (CAT) de Asturias, en la que se detectaron numerosas irregularidades, tanto en la gestión física como documental, de los gases fluorados utilizados en los vehículos a motor para el funcionamiento del aire acondicionado.
A la vista de las deficiencias que fueron observadas durante esta inspección se inició una investigación más exhaustiva, llevando a cabo inspecciones en todos los centros CAT de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias con el fin de determinar si estas irregularidades eran un hecho aislado o, por el contrario, una práctica habitual de este tipo de centros.
Fruto de las gestiones se ha determinado que los Centros Autorizados de Tratamiento (CAT) no estaban gestionando correctamente los gases de los circuitos de aire acondicionado de los vehículos dedicados a desguace.
Al final de la vida útil de un vehículo, estos deben ser recuperados y acumulados en unas bombonas específicas para su almacenaje, comunicándose este hecho a la autoridad competente en materia de residuos de la Comunidad Autónoma, tanto la cantidad recuperada como el destino y gestión que se le dan a dichos residuos.
Las investigaciones llevadas a cabo han permitido determinar que existía un desfase entre la cantidad declarada y la que debería de haberlo sido.
Estos tipos de gases, CFCs, HCFCs, HFC (R134a-tetrafluoroetano), PFC y el SF6; por su tipología y composición, pueden afectar gravemente a la capa de Ozono o aumentar la cantidad de CO2 emitida a la atmosfera, lo que favorece el calentamiento global. Hay que tener en cuenta que estas sustancias permanecen hasta cientos de años sin degradarse. Por esta razón desde hace años, se ha ido restringiendo su uso con el objeto de disminuir su utilización y evitar su impacto nocivo contra el planeta.
Al finalizar la vida útil de los vehículos equipados con sistemas de aire acondicionado que emplean, los fluidos refrigerantes contenidos en el interior de sus circuitos deben de ser recuperados y gestionados correctamente según la legislación vigente; siendo el CAT, por su consideración de residuo peligroso, el encargado de entregarlos a un gestor de residuos autorizado, en un plazo no superior a seis meses.
La normativa actual promueve la reutilización de este tipo de gases siempre que sea viable, debiendo de ser extraídos de forma controlada e independiente (no mezclando gases de diferente naturaleza), empleando equipos específicos y almacenándolos en botellas homologadas y cumpliendo con el etiquetado pertinente. Su extracción se lleva a cabo empleando maquinaria homologada destinada a realizar una correcta recuperación, siendo necesario en este caso contar con una formación técnica acreditada mediante certificación profesional que faculte a aquellas personas que vayan a realizar la misma.