OVIEDO 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
La mujer acusada de asesinar en 2023 a su madre, a la que mordió y golpeó por todo el cuerpo y dejó morir tendida en el suelo de su habitación, ha reconocido este miércoles íntegramente los hechos que le atribuía la Fiscalía del Principado de Asturias y ha aceptado penas que suman 20 años de prisión. El acto ha tenido lugar en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo. La acusada, nacida en 1975, vivía con su madre en Oviedo.
Durante la convivencia, era frecuente que discutiera con ella, le gritaba, insultaba y menospreciaba, diciéndole frases como "no vales para nada", "eres una mierda", "eres una hija de puta", situación que se agravó con la muerte de su padre, en julio de 2023. Así, el domingo 10 de septiembre de 2023, en el salón de la casa, la acusada inició una nueva discusión con su madre, en el transcurso de la cual, con ánimo de acabar con su vida, comenzó a golpearla bruscamente con un objeto contundente. Le propinó además mordiscos en diferentes partes del cuerpo cuando la mujer se encontraba aún con vida tendida en el suelo, aumentando de esta forma deliberadamente su dolor y padecimiento.
Estando la víctima inconsciente a causa de la agresión, la acusada la arrastró por el pasillo de la casa hasta el dormitorio, donde la dejó en el suelo, desnuda y tapada con varias mantas y una sábana, agonizando, y la dejó morir sin prestarle ningún auxilio. La acusada actuó con plena consciencia de la situación de inferioridad de su madre, de 82 años, que no tuvo oportunidad de defenderse ni tenía capacidad para oponerse al ataque de su hija por su edad y su estado físico.
La acusada permaneció encerrada en la vivienda con el cadáver en descomposición hasta el día 15, cuando sobre las 16.15 horas agentes del Cuerpo Nacional de Policía acudieron a la casa alertados por la empleada de una agencia de viajes que no había conseguido dar con madre e hija, ya que ambas deberían haberse ido de vacaciones el día anterior y desde el hotel del destino comunicaron que no se habían personado en el alojamiento.
Al llegar los agentes al domicilio y llamar insistentemente a la puerta, la acusada trató de poner fin a su vida, arrojándose por la ventana al patio de luces. Tuvieron que acudir los bomberos para conseguir abrir la vivienda, ya que estaba cerrada por dentro y con la llave puesta y todos los bloqueos accionados. Una vez dentro encontraron el cuerpo sin vida de la víctima en el suelo del dormitorio, donde la había dejado su hija, en posición fetal, posición que buscó la víctima en su agonía.
La acusada, que sufre lesión medular (paraplejia) como consecuencia de haberse arrojado al vacío, padece un trastorno mental que, según el informe del médico forense, pudo suponer una afectación de los factores que conforman la imputabilidad cuantificable como leve. La acusada se encuentra en prisión provisional sin fianza desde el 27 de septiembre de 2023. En el momento de los hechos, la fallecida tenía siete hermanos, que únicamente reclaman por los gastos del sepelio, que ascendieron a 3.196,21 euros, cantidad que ha sido consignada por la acusada.
Los hechos son constitutivos de un delito de asesinato del artículo 139.1 del Código Penal, con ensañamiento, y de un delito de maltrato psicológico habitual en el ámbito familiar. Concurre la agravante de parentesco en el delito de asesinato y la atenuante analógica de anomalía psíquica en ambos delitos. Tras reconocer los hechos, la acusada aceptó ser condenada a 18 años de prisión, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena, por el delito de asesinato; y a 2 años de prisión, con la accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante 4 años, por el delito de maltrato habitual.