OVIEDO, 17 May. (EUROPA PRESS) -
El museo del Calamar Gigante de Luarca continúa sin un proyecto definido a corto plazo que asegure su reconstrucción, un año y tres meses después de que un temporal arrasara las instalaciones. El estado actual del centro, situado al final del puerto luarqués, es de total abandono, sin que se tome medida alguna por parte del Ayuntamiento de Valdés ni del Gobierno del Principado.
A pesar del estado que presenta, sin protección y con el paso permitido al interior repleto de escombros, el alcalde de Valdés, Simón Guardado (PSOE), ha insistido en afirmar a Europa Press que el Ayuntamiento "tiene instaladas vallas de protección". "No sé cómo está actualmente, pero se revisa cada poco y se ponen vallas", sostuvo.
Sobre el futuro del equipamiento regentado por la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma), el primer edil ha adelantado que el Principado está trabajando en un proyecto que saldrá a licitación "en la próxima legislatura" y que contempla la construcción de una pantalla que proteja las instalaciones ante los temporales que previsiblemente sacudirán la costa asturiana en los próximos años.
"Se avanzará en el proyecto a medida que corra la legislatura", ha explicado. No obstante, ha rehusado establecer plazos concretos sobre la puesta en marcha de las obras, asegurando que el proceso puede prolongarse "unos meses o más tiempo", a pesar de que ya ha pasado más de un año desde que quedó destrozado.
LA OBRA FUE "UNA CHAPUZA"
Según el presidente de Cepesma, Luis Laria, los daños que ha sufrido el museo son únicamente fruto de la "chapuza" que se hizo al construirlo. Así, ha explicado que el centro está construido con tabiques de ladrillo y cristaleras, algo de lo que "los propios marineros del puerto se reían".
Los daños, defiende Laria, no se han producido porque el museo se encuentre en mal sitio ni expuesto al mar, sino por la "chapuza de obra". "Si fuese de hormigón no habría habido ni el más mínimo problema", ha aseverado.
LARIA, ESCÉPTICO CON EL FUTURO DEL MUSEO
Actualmente son las instalaciones del Parque de la Vida, también propiedad de Cepesma, las que albergan lo que queda de la exposición del museo del Calamar. El presidente de la Coordinadora, se ha mostrado escéptico ante una posible restauración del museo en su emplazamiento actual.
Sobre la posibilidad de que se inicie el proyecto una vez pasada la cita electoral, Laria ha ironizado asegurando que "si fuera para después de las elecciones, lo estarían anunciando a bombo y platillo". El estado actual del local es, a su juicio, "vergonzoso", puesto que el acceso no está impedido y se han sucedido daños consecutivos fruto de actos vandálicos y los temporales de este invierno.
"Es vergonzoso que el patrimonio, que es de todos, se degrade de tal manera. Si entras dentro se te caen las lágrimas", ha lamentado. Por ello, y ante la percepción de que "el Cepesma no significa absolutamente nada para el Principado", Laria ha reconocido que "no sabe" si volvería a regentar el Museo del Calamar si finalmente vuelve a ponerse en marcha.
El Principado, asegura Laria, lleva cuatro años manteniendo una política de reducción presupuestaria con la Coordinadora. De hecho, la partida que destina este año en los Presupuestos Generales asciende a 4.000 euros, mientras que la dotación del Ayuntamiento de Valdés es 2.000 euros superior. "Es lo más ridículo, porque la aportación del Gobierno se va solo en gasolina para transportar animales", ha enfatizado.
Así, ha criticado la postura del Ejecutivo autonómico, asegurando que hay otras organizaciones, como la Fundación Oso Pardo, que "reciben gran cantidad de apoyos", en concreto 200.000 euros en 2015, porque "tienen puesto en ello su interés".
"Nosotros hacemos recuperación de las especies exóticas para evitar que se conviertan en invasoras, somos los únicos que recogemos tortugas que la gente libera en los ríos, recuperamos especies silvestres, y recuperamos también especies marinas", ha defendido. De hecho, ha señalado que solo en el rescate de cuatro focas en 2014 Cepesma asumió unos gastos superiores a los 6.000 euros. "Nos encargamos además de los varamientos en la costa asturiana sin que el Principado nos dé un solo euro por ello", ha criticado.