AVILÉS 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía del Principado de Asturias solicita una pena de tres años de cárcel, el pago de una multa de 5.040 euros y una indemnización de 5.000 euros para un jefe de departamento de un centro comercial de Avilés acusado de acosar a una empleada y de agredirla sexualmente. La vista oral se celebrará este miércoles en el Juzgado de lo Penal número 2 de Avilés.
Los hechos se remontan a verano de 2013, cuando la mujer cambió de departamento y el acusado pasó a ser su jefe. La Fiscalía sostiene que, durante el primer año, la relación fue normal, si bien a partir del verano de 2014 su actitud cambió y, a principios de octubre de 2014, el acusado comenzó a hacerle comentarios ofensivos del tipo "cómo me pones, me la pones gorda". Ella le contestaba que era "un cerdo" y él añadía "que era su jefe, a ver si vuelves a tu puesto de cajera y empiezas a hacer tardes".
Junto a estas expresiones, el acusado, cuando se encontraba a solas con la mujer en el almacén, la rozaba. En una ocasión, continuando con el relato del fiscal llegó a decirle: "mira, tenemos que vernos fuera del trabajo, tengo un piso vacío; si quieres podíamos ir allí y tomar un café, en el piso tengo un jacuzzi y yo, como libro los lunes, puedo darte algún lunes sin quitarte horas; dejas al niño en el colegio y vienes conmigo al piso". Ella le contestó que no iba a ir a ningún sitio con él.
Entre diciembre de 2014 y enero de 2015, cuando la mujer estaba reponiendo mercancía, el acusado se acercó y le dijo expresiones obscenas. El día 5 de febrero de 2015 el acusado le pidió ir a un anexo del almacén a reponer una mercancía y la abrazó por detrás y le dijo "mira cómo estoy". Ella consiguió zafarse pero él la cogió fuerte por las muñecas, poniéndole la cabeza contra una balda, acercando su cara a la de ella e introduciéndole su lengua en la boca, a la vez que empezó a tocarle un pecho.
Acto seguido bajó la mano a la altura del pantalón, intentando bajárselo y rompiendo el botón, consiguiendo ella darle un golpe con la rodilla y librase de él, según las explicaciones de Fiscalía.
Como consecuencia de todos estos hechos la empleada estuvo de baja laboral entre febrero y diciembre de 2015 por gastroenteritis, seguida de un trastorno ansioso-depresivo reactivo, pautándole tratamiento con psicofármacos. Durante el periodo de baja, el acusado, que había averiguado su número de móvil, la llamó y le mandó mensajes en términos que atentaban a su dignidad.