OVIEDO, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Universidad de Oviedo coordinará un proyecto para tratar de contener la contaminación de metales pesados que produce la mina La Soterraña, antigua explotación de mercurio de Muñón (Lena), reutilizando subproductos como yesos y cenizas, creados por la industria asturiana.
La iniciativa, que cuenta con una financiación europea de 1,5 millones de euros (dentro del programa Medioambiental LIFE) ha sido presentada este jueves en rueda de prensa por el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda. En el acto han tomado parte también el investigador principal del proyecto, Rafael Rodríguez, la alcaldesa de Lena, Gema Álvarez, y la directora general de Energía del Gobierno asturiano, Belarmina Díaz.
También han estado presentes representantes de las entidades colaboradoras con el proyecto, tales como el Grupo Masaveu, HC Energía, Bioesfera, Global Services, Escorias y Derivados o Tecnología del Medio Ambiente y Minería.
Los materiales utilizados serán escorias, yesos y cenizas provenientes de altos hornos, de centrales términas y de cementeras. En cantidades reducidas, de unos cuantos gramos, según ha explicado Rodríguez, ya se ha demostrado que estos subproductos (que anteriormente se desechaban como residuos) tienen la capacidad de contener materiales contaminantes que se producen en escombreras y minas, tales como el arsénico o el mercurio.
Por una parte, se diseñará una nueva escombrera en la que los escombros de la mina se mezclarán con los subproductos para retener los contaminantes, y a continuación revegetar y plantar árboles para que el entorno quede restaurada e integrada en el paisaje.
Por otro lado, se actuará sobre el agua, introduciendo los subproductos en zanjas sobre las que se verterá agua afectada por los contaminantes.
La intención es que esta misma práctica, en caso de ofrecer resultados positivos, se aplique en lugares con la misma problemática en cualquier parte del mundo. El proyecto se iniciará en septiembre de este año y se alargará hasta agosto de 2021. La previsión es que se apliquen entre 15.000 y 20.000 toneladas de escorias, yesos y cenizas para actuar sobre una superficie de 7.000 hectáreas.
Tanto la alcaldesa como la directora general han mostrado su orgullo y su satisfacción por el desarrollo de este nuevo proyecto, y por la colaboración desarrollada entre Universidad, Administraciones y empresas asturianas. Gema Álvarez ha recordado que la mina lleva 40 años cerrada pero nunca se había actuado contra sus efectos contaminantes. Belarmina Díaz espera que esta iniciativa se convierta en un ejemplo de buenas prácticas.