La actriz combina su "gen asturiano" con el "ADN social" que heredó de sus padres, que "sin ser artistas, tenían mucho arte"
GIJÓN, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
La actriz Rossy de Palma ha destacado este viernes en Gijón cómo le gusta la naturalidad frente a la rigidez de los guiones, a lo que ha llamado la atención sobre lo positivo que es "hacer de un error un material artístico brillante".
De hecho, ha afirmado que no le interesa tanto lo que va a decir, sino cómo. "Uno tiene que ser fiel a su esencia", ha defendido De Palma, en rueda de prensa, horas antes de recibir el Premio Isaac del Rivero en la gala inaugural de la 62 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón/Xixón (FICX).
"No me siento actriz, me siento más una artista intérprete", ha indicado. La actriz ha recordado sus raíces asturianas. Nacida de padres avilesinos, aunque nació en Palma de Mallorca pasaba veranos con su familia en Asturias.
"El gen asturiano no lo hemos perdido", ha resaltado De Palma, quien ha afirmado que siempre ha venido al Principado cuando ha podido, también con sus hijos. "Esta nariz es más ADN vasco", ha matizado la actriz.
Y si bien ha señalado que sus padres están "contentos" con este premio que le otorgan en Gijón, ha incidido en que no es algo a lo que le den importancia.
"ADN SOCIAL"
La actriz, a sus 60 años, ha destacado que proviene de unos padres que "sin ser artista los dos, tenían mucho arte". Un arte que parece que le han infundado, pero también el "ADN social" que ha resaltado que comparte toda la familia. Su padre le dijo un día "yes mundial, y yo me lo creí", ha apuntado la actriz, que se siente "ciudadana del mundo".
Es más, ha reconocido que si tuviera que dirigir algún día un largometraje sería una película "con base social", más en concreto sobre la violencia de género, "que yo la he sufrido y he podido profundizar en lo que sucede a hombres y mujeres en la sociedad", ha apuntado. Algo que haría para ayudar a intentar revertir esta violencia. "Me siento muy impotente la mayoría de las veces", ha confesado.
En este punto, ha hecho referencia al contexto internacional, que, para ella, hace que parezca que vivamos en una "hiperrealidad" desde que Donald Trump ha ganado las elecciones presidenciales en EEUU.
"No nos lo podemos creer", ha señalado la actriz, quien ha remarcado que "ahora solo hay villanos, aquí superhéroes no han salido todavía". "El arte es la única tabla de salvación que tenemos", ha asegurado.
A mayores, ha ironizado con que el programa televisivo First Date ha hecho más por la integración que otras campañas de concienciación, por las personas variopintas que se pueden ver en él. De Palma ha lamentado que "las mentes que no son inteligentes son rígidas y llenas de certezas equivocadas".
"No me siento actriz, me siento más una artista intérprete", ha confesado en respuesta a los medios de comunicación. De Palma ha llamado la atención sobre que le encantan las cosas que pasan en la vida por accidente y que son materia creativa.
En esta misma línea, ha opinado que los artistas son transmisores del arte. "Todos somos artistas potenciales", se ha mostrado convencida la actriz, a la que no le gustan los artistas "vanidosos".
También se ha referido al programa de Jesús Calleja y a que este se va al espacio. "Conmigo no cuentes", ha bromeado con él, con el que mantiene una amistad.
Sí que le gustaría hacer algo a la actriz dedicado al mundo indígena, del que ha destacado que comprende lo pequeños que somos ante la Naturaleza, según De Palma, que ha recalcado que tampoco entendió "nunca" los nacionalismos, porque es una lotería nacer donde uno nace, "no lo eliges", ha apostillado.
"A mí no me molesta la nariz", ha asegurado relacionado con ello, al indicar que gracias a ella comprendió el racismo por todas las críticas que recibió por su tamaño.
Frente a ello, ha defendido la belleza que existe en la diversidad Otra cosa, según ella, es lo que llaman cuestiones culturales pero que no son admisibles, como la ablación o los toros, a su parecer.
Sobre sus inicios en el cine y su relación con el cineasta Pedro Almodóvar, ha relatado algunas anécdotas de rodaje. "El cine es una mentira para contar una verdad", ha destacado la actriz, quien en la llamada época de la Movida Madrileña confiesa que era "muy moderada" en un contexto donde había "muchas drogas". Para ella, en esa época, "expresarse era una necesidad vital", lejos en pensar en hacerse famosos.