MADRID 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
Aplicar la educación emocional y social reduce la violencia escolar, fomenta la igualdad entre los niños y los capacita para "afrontar las incertidumbres", según el informe de la Fundación Botín 2013 analizando las experiencias educativas en 16 países.
Durante el acto de presentación del informe de hoy, elaborado con expertos de Argentina, Austria, Israel, Noruega y Sudáfrica, algunos de ellos han compartido sus experiencias con profesionales de colegios españoles de la Red de Centros Educación Responsable de la Fundación Botín, con el fin de intercambiar ideas que unos y otros puedan llevarse a sus aulas.
La Fundación Botín ha aplicado estos conocimientos a un modelo educativo propio que ya se desarrolla en centros escolares de Cantabria, Madrid, La Rioja y Navarra, formando la Red de Centros Educación Responsable "con unos resultados muy positivos".
Christopher Clouder, director del equipo de trabajo del Informe Fundación Botín 2013 ha subrayado que los países en los que existe una estrecha relación entre educación y trabajo, como Alemania, tienen las tasas más bajas de desempleo juvenil. "Estas naciones podrían ofrecer ejemplos de buenas prácticas para que otros puedan emularlos", ha indicado.
Distintos estudios realizados en Noruega demuestran que los resultados académicos son mediocres y peores que en otras naciones que invierten cantidades similares en educación, según afirma en el Informe Botín 2013, Johannes Finne, director del Programa ART (Aggresion Replacement Training) en el Lindoy Centre, una residencia-hogar para jóvenes violentos.
Así, esos estudios aseguran que en las aulas noruegas hay "mucho ruido e interrupciones continuas en clase". Finne añade que "los alumnos parecen carecer de estrategias de aprendizaje y sus habilidades matemáticas y de resolución de problemas son muy inferiores a las de otros países equiparables".
AUTORIDAD EN LAS AULAS
En este sentido, sólo el 70% de los profesores considera tener un buen nivel de autoridad y control en el aula. Por el contrario, Johannes Finne afirma que aquellos centros escolares que disponen de unos programas de educación emocional y social eficaces son los únicos capaces de fomentar su propia capacidad para actuar como igualadores sociales respecto a problemas de conducta, dificultades de aprendizaje y diferencias entre entornos culturales.
Martina Leibovici, directora de ARGE Erziehungsberatung und Fortbildung GmbH, expone en el Informe Botín 2013 las deficiencias percibidas en el sistema educativo austriaco y la "imperiosa necesidad" de abordar una reforma general y de ofrecer a los alumnos programas de educación emocional y social adecuados.
En esta línea, expone tres casos prácticos de programas escolares. El primero de ellos, denominado Bienestar, ya se aplica en 96 centros de educación infantil, de primaria y secundaria de la región austriaca de Estiria; el segundo lleva el nombre de KoSo-Competencia Social y Comunicación, y ya se está implementando no sólo en escuelas de Austria, sino también de Suiza y Alemania. El último caso versa sobre el Colegio de los alumnos del WUK, donde la educación emocional y social es más que un programa, es parte de la esencia del propio centro.
1.200 ESCUELAS EN ISRAEL
En Israel, gracias a una iniciativa de su Ministerio de Educación respecto a la educación emocional, que se ha implantado ya en 1.200 escuelas, en los dos últimos años se ha conseguido reducir la violencia escolar en un 30%.
Por su parte, Isabel María Mikulic, señala que en un análisis reciente del sector educativo en Argentina se detecta que la exclusión y los déficit educacionales del nivel primario escolar aparecen ahora como problemas estructurales.
Finalmente, Peter van Alphen explica en este informe la situación dramática que viven los niños en Sudáfrica, donde el 60% vive en la pobreza, con un alto índice de delincuencia y donde la formación del profesorado tiene graves carencias.