El fiscal pide una pena de 13 años, la acusación particular 15 y la defensa la libre absolución
SANTANDER, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
El joven acusado de agredir sexualmente a un menor de nueve años, al que supuestamente agarró, desnudó y le hizo una felación, ha negado los hechos y ha asegurado que tiene la "conciencia muy tranquila" porque "nada" de lo que se le acusa sucedió.
"Yo tengo la conciencia muy tranquila porque no he hecho nada ni ninguno de los hechos de los que se me inculpa", ha manifestado el acusado al hacer uso del derecho a la última palabra en el juicio contra él que se ha celebrado este martes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria.
El joven procesado, para el que el fiscal solicita un pena de prisión de 13 años que se eleva hasta los 15 en el caso de la acusación particular, se ha declarado "no culpable" en la vista y ha señalado que no tiene "ni idea" de por qué el menor ha contado algo así.
Ha relatado que él era "amigo" de los dos hermanos mayores del niño, a los que conocía del colegio --cuando sucedieron los hechos de los que se le acusa tenía 18 años--, y se quedaba a dormir a veces en su casa, donde en ocasiones jugaba con el menor a la vídeoconsola.
Y en esos momentos "se enfadaba siempre cuando perdía" y uno de esos enfados, según ha dicho, tuvo lugar el día antes de que el niño contará los supuestos hechos a su padre, en una visita de fin de semana ya que sus padres están separados y la custodia la tiene la madre.
También ha contado que se enteró de que el padre había puesto una denuncia contra él porque se lo dijo uno de los hermanos mayores del niño con quienes, a pesar de haber sido sus amigos durante años, "no he vuelto a tener relación con la familia".
Durante su declaración, la acusación particular, que ejerce el padre del niño, ha sacado a colación la sentencia condenatoria del juzgado de menores por los hechos similares que, según la denuncia, sucedieron con anterioridad a diciembre de 2011 y cuando el acusado también era menor.
"Me dieron un papel y firmé", ha dicho el joven, que ha asegurado que desconocía si aquello era una sentencia y ha negado, a preguntas de la acusación particular, que sean ciertos hechos relatados en aquella sentencia como que "le pidiera al niño que le tocara el pito". "Es falso", ha apostillado.
A preguntas de su abogado, el acusado ha desvelado que no es homosexual y no siente ningún tipo de satisfacción sexual con los hombres, y ha relatado que, cuando se quedaba en casa de la familia, solía dormir con uno de los hermanos mayores, aunque todos los hijos dormían en una habitación ya que el piso tenía dos, un salón, una cocina y un baño.
PROBABILIDAD PERO NO CERTEZA
La declaración del menor se ha celebrado a puerta cerrada pero los peritos, una psicóloga y un trabajador social que evaluaron al menor meses después de interponerse la denuncia, han señalado que las pruebas realizadas indican que "el testimonio del menor es creíble" aunque "en términos de probabilidad y no de certeza".
Han explicado la relación familiar era mala al estar los padres divorciados y que el niño tenía algunas fobias conocidas como miedo a las moscas y a la oscuridad. No obstante, han considerado creíble el relato del menor porque "era espontáneo" y además él mismo se corregía "haciendo apostillas".
Posteriormente han declarado el padre, la madre y los hermanos del menor, que es con quien han concluido las pruebas testificales y cuya declaración se ha celebrado a puerta cerrada para preservar su intimidad ya que sigue siendo menor (15 años).
El padre ha contado que su hijo le contó los hechos un viernes que estaba con él mientras veían la televisión y que le dijo que el acusado "le tocaba, le había bajado los pantalones y le había hecho una felación".
"Me pareció surrealista", ha dicho el progenitor, que ha asegurado que hizo que el niño, que ha calificado de "bastante extrovertido y abierto", se lo contará hasta tres veces antes decidir qué hacer porque "me bloqueé".
En un primero momento, ha relatado, acudió él sólo a la comisaría de policía para asesorarse y, posteriormente, ya fue con el niño. "Seguía sin querer creérmelo", ha añadido, al tiempo que ha explicado que fue desde la comisaría cuando se puso en contactó con su exmujer, con la que la relación "no era fluida", para contarle lo que sucedía.
Mientras que la madre ha asegurado que, a pesar de todo el tiempo que pasaba el acusado en su casa, "nunca" notó nada raro en su hijo menor ni en su comportamiento y que, cuando la llamó su exmarido, no podía creer que "algo así le pasase a él (su hijo pequeño)" a quien posteriormente preguntó pero "le daba mucha vergüenza contarlo".
"No me lo podía creer, pensaba que no podía ser verdad que le pasará eso a él, pero después hay que afrontar la situación y la realidad es que pasó", ha dicho la madre, que ha afirmado que, además de no llevar al menos a terapia psicológica, en casa no se ha vuelto a hablar del asunto porque "por experiencia sé que uno se siente muy mal".
A preguntas de la defensa sobre la declaración del menor en instrucción, en la que afirmó que se lo había contado a ella antes que al padre, la madre ha dicho que "tal vez me lo contara y no le presté atención", algo que el abogado del acusado ha puesto en cuestión tratándose de una persona que sufrió abusos sexuales por parte de una pareja de su madre.
Posteriormente han declarado los dos hermanos mayores y antiguos amigos del acusado, quienes han indicado que su hermano menor tenía "imaginación" y que ésta "no tiene límites cuando eres pequeño" pero no tanto "como para inventarse una historia así".
Ambos también han coincidido en señalar que no notaron nada raro en el comportamiento de su hermano y han considerado que a éste no le han quedado secuelas psicológicas aunque, igual que su madre, han dicho que en casa no se ha vuelto a hablar del asunto.
DEFENSA CREE QUE NO HAY PRUEBA PARA CONDENA
Al final de la vista, las partes han elevado a definitivas sus conclusiones, manteniendo así la Fiscalía la calificación de los hechos como un delito de agresión sexual por el que pide 13 años de prisión así como alejamiento del menor durante 18 años y una indemnización de 6.000 euros. Mientras que la acusación particular pide 15 años de prisión, 18 de alejamiento y 12.000 euros de indemnización.
Por su parte, la defensa ha pedido la libre absolución del acusado al considerar que no hay prueba de cargo y la única prueba periférica para sustentar la acusación es el informe pericial que dice que es creíble el testimonio pero que "es una probabilidad y no una certeza".
Y, ha dicho, para decretar una condena como la solicitada por las acusaciones y que "significa toda una vida", los hechos deben de ser "ciertos" y, a su juicio, en este caso "no lo son" porque "el padre y el menor mienten" pero, después de haber puesto la denuncia, "no van a decir que todo es mentira".
Frente a ello, tanto el fiscal como la acusación particular que existe "prueba suficiente", aunque sea solo periférica, para dictar una sentencia "condenatoria y ejemplarizante" porque el testimonio del menor es "constante y sin fisuras"