TORRELAVEGA, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Educación y FP y portavoz de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, Pilar Alegría, ha replicado las críticas del consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, al impuesto a las energéticas. Y es que, a su juicio, "ha llegado el momento" de que estas empresas "arrimen el hombro" para repartir "entre todos" la carga de la crisis.
Así lo ha defendido este domingo en declaraciones a los periodistas en Torrelavega, donde ha sido cuestionada por la tribuna publicada este domingo de Imaz en el periódico El País, donde ha afirmado que este nuevo impuesto "no va contra los ricos" sino "contra la actividad empresarial" y ha manifestado su confianza en las instituciones y espera que alguna de ellas determine su "carácter discriminatorio".
Aunque Alegría no se ha pronunciado explícitamente por estas palabras de Imaz, la portavoz del PSOE y ministra ha recordado los "importantes réditos" que han obtenido en sus cuentas en los últimos meses relevantes empresas energéticas y financieras de España y ha opinado que "ha llegado el momento de que una parte menor de esos beneficios se distribuyan entre el total de la ciudadanía para ser fortalecidos de esta crisis".
La ministra y portavoz del PSOE ha señalado que la crisis financiera de 2008, cuando gobernaba el PP, quienes "sufrieron duramente" la crisis fueron las clases medias y trabajadoras y ahora --ha dicho-- el Gobierno trabaja para "repartir" el impacto de esta nueva crisis "entre todos".
Alegría ha recordado que cuando la banca necesitó en 2008 recursos, los ciudadanos, a través de sus impuestos, hicieron un "esfuerzo" y aportaron los recursos para la recuperación de ese sector.
Y ahora considera que en la actual "situación complicada" que se está viviendo, ha llegado "la hora" de que estas importantes empresas energéticas y bancarias "arrimen el hombro" y hagan, "de verdad un ejercicio de responsabilidad corporativa y lo hagan de una manera positiva".
Además, ha indicado que el impuesto a las energéticas está siendo implantado en "casi la práctica totalidad de los países europeos, muchos de ellos con gobiernos conservadores", para poder redistribuir la carga de la crisis entre todos.