SANTANDER, 18 May. (EUROPA PRESS) -
La Federación de Asociaciones de Apicultores de Cantabria (FACC) y la Confederación en Defensa de la Abeja de la Cornisa Cantábrica (CODACC) han alertado de que el sector de la apicultura está atravesando "una profunda crisis" en la comunidad autónoma y han reclamado un plan estratégico para dinamizar y reactivarlo.
Así lo han denunciado ambos colectivos, en un comunicado, remitido con motivo de la conmemoración el sábado, 20 de mayo, del Día Mundial de las Abejas, efeméride que han aprovechado para alertar de los "graves" problemas que sufre el sector en Cantabria, como, según señala, supone, por ejemplo, la invasión de la 'avispa asiática' (vespa velutina).
También aluden a problemas sanitarios, como los efectos en las abejas del ácaro varrosis o de la enfermedad loque, así como el del Síndrome de Despoblamiento de Colmenas. Citan, además, los causados por los ataques de oso pardo o los plaguicidas y las incidencias de los incendios forestales y desbroces.
También advierten de las dificultades para instalar nuevos colmenares y denuncian la pérdida de rentabilidad de las explotaciones y recortes en las ayudas.
Alertan también de normas y decretos reguladores de la apicultura que --dicen estos colectivos-- "no tienen en cuenta la realidad ni las necesidades de los apicultores".
Para hacer frente, consideran "imprescindible" desarrollar conjuntamente con las Administraciones Públicas y el sector un plan estratégico en el que se prevéan inversiones en investigación y medidas para el control de los problemas sanitarios y de la invasión de la 'avispa asiática'.
Reclaman también "regular y reducir, hasta prohibir", el uso de plaguicidas neurotóxicos, y que se fomente la incorporación de jóvenes y la instalación de colmenares a los apicultores locales.
También piden promover la formación, aumentar las ayudas para mejorar la producción y comercialización de la miel y "un etiquetado transparente" en el que se ponga el país de origen de la miel.
Además, piden considerar a la 'abeja melifera', conocida también como abeja europea, como un animal a proteger por Ley.
Otra de sus demandas es una mayor divulgación a la sociedad sobre la importancia de la polinización. Estos colectivos quieren aprovechar la efemérida del 20 de mayo para reivindicar el papel, a su juicio, "fundamental" que desempeñan las abejas y demás insectos polinizadores en la conservación de la biodiversidad y en la producción de alimentos.
Afirman que, según un informe de Greenpeace, el valor económico del trabajo de polinización de las abejas podría estar entorno a los 265.000
millones de euros anuales en todo el mundo, 22.000 millones para Europa y más de 2.400 millones de euros para España.
Señalan que varios centenares de cultivos (manzanas, cerezas, almendras, fresas, melones, calabacines, girasoles, por citar algunos de los más habituales) dependen de la polinización por abejas y otros insectos.
Además, han defendido que los polinizadores tienen un papel fundamental en el funcionamiento de los ecosistemas terrestres y afirman que a nivel global, se estima que más de un 80% de las plantas
que producen flores son polinizadas por animales, la mayor parte por abejas.
"Por tanto, incluso mirándolo desde un punto de vista meramente económico, trae cuenta proteger a las abejas y demás insectos polinizadores", han reivindicado.
Estos dos colectivos han explicado que el modelo de apicultura que se desarrolla en la Cornisa Cantábrica es "muy diferente" a la del resto de la Península Ibérica, debido a sus condiciones climáticas, orográficas y
sociales.
Según sus datos, en Cantabria hay unas 300 explotaciones de apicultura registradas, "en su gran mayoría" pequeñas, con más de 12.000 colmens y que se encuentran muy diseminadas por toda su geografía.
Sostienen que este modelo de apicultura tradicional "garantiza" a través de la polinización de sus abejas la conservación de la biodiversidad de los ecosistemas y gran parte de la producción agroganadera de la región.
También ha llamado la atención sobre la "importancia" que, en su opinión, puede tener la apicultura en el contexto de un desarrollo rural sostenible, pudiendo suponer --dicen-- "un complemento económico interesante" dentro de un modelo de explotación diversificada al ser compatible con cualquier otra actividad agroganadera y turística.