Considera las escolleras como el único proyecto superviviente del PGOU anulado
SANTANDER, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria, ARCA, ha opinado que el objetivo de las escolleras de la Magdalena es convertir este espacio "en una piscina de agua salada", y además "pretenden ser la avanzadilla de un proceso de 'marbellización' del entorno, con amplia y variada proliferación de construcciones e instalaciones turísticas que ignoran o agreden directamente al paisaje".
En este sentido, para la asociación, las escolleras son "el único proyecto superviviente" del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobado en 2012 y anulado por los tribunales en 2016, que, en su opinión, "imponía a la ciudad un modelo de expansión y masificación constructiva que ocupaba todo el territorio, hasta el límite de la capacidad del suelo del municipio".
Según ha opinado la agrupación en un comunicado, para el frente marítimo de la zona La Magdalena-Gamazo, la construcción de las escolleras representa la continuidad de esta tendencia urbanística, "que imitando los errores cometidos en la costa mediterránea, pretende ocupar incluso la misma lámina de agua".
En 2007, desde los inicios de la tramitación del anulado plan, se proponía para el tramo litoral comprendido entre La Magdalena y Gamazo la construcción de dos espigones, piscinas de agua de mar, balnearios, instalaciones hoteleras y de talasoterapia y un puerto deportivo.
"Es decir, la transformación y alteración del paisaje más singular, valioso y representativo de Santander, introduciendo un modelo centrado en la masificación y saturación del espacio libre litoral, frontalmente agresivo y sin considerar los criterios más básicos de respeto a la alta calidad del paisaje escénico de este lugar", ha señalado.
Para ARCA "no tiene sentido", que habiendo anulado el Tribunal Supremo en 2016 la totalidad del Plan General que daba soporte a esos desarrollos, "se intente de forma extemporánea pretender la continuidad de su proyecto más impactante y socialmente polémico, que amenaza con arruinar definitivamente el enclave más sobresaliente e identitario de la bahía, al igual que su imagen y potencial turístico".
"Si el Plan General en el que se proponían las escolleras y la alteración del espacio entre La Magdalena-Gamazo fue anulado, la consecuencia lógica y coherente es la anulación de este proyecto y la retirada del actual espigón, por estar fundamentado en un planeamiento urbanístico cuyos principios, planteamientos y objetivos ya no están vigentes", ha sostenido ARCA.