Oria manda un "mensaje de absoluta tranquilidad" para los consumidores
SANTANDER, 19 May. (EUROPA PRESS) -
La Consejería de Medio Rural, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria, en el marco de los controles sanitarios que la Dirección General de Ganadería realiza en las explotaciones, ha detectado en Camargo un caso de encefalopatía espongiforme bovina, comúnmente conocida como la enfermedad de las 'vacas locas', lo que obligará a sacrificar a cinco de los 90 animales de la explotación.
El consejero del área, Jesús Oria, ha confirmado este viernes en declaraciones a la prensa la detección de este caso en un ejemplar muerto y nacido en 2002, pero ha lanzado un "mensaje de absoluta tranquilidad" a los consumidores y a la población en general porque esta detección demuestra que "los controles funcionan".
Ha explicado que este caso de la enfermedad de las 'vacas locas' se ha detectado en "una prueba ordinaria" realizada en un animal muerto de más de 48 meses de edad, en concreto en uno nacido en 2002 por lo que "era muy mayor".
En este punto, ha indicado que recientemente se ha detectado otro caso también en Castilla y León, pero ha enfatizado que España "está calificada de riesgo insignificante a nivel europeo" en lo que se refiere a esta enfermedad, por lo que la detección de algún caso "entra dentro de lo habitual".
No obstante, ha destacado que, tras la detección de ese caso en la explotación de Camargo, desde Ganadería se ha procedido a identifica la "cohorte", que son los ejemplares de la misma edad que el afectado con un margen de dos años o los descendientes, a los que se sacrificará.
Se trata, según ha dicho, de cinco animales que se encuentran todos dentro de esa misma explotación camarguesa, que en total cuenta con 90 cabezas. El consejero ha detallado que el sacrificio de esos ejemplares se llevará a cabo "esta próxima semana" y, posteriormente, se realizarán los análisis correspondientes.
Oria ha asegurado que "no hay peligro alguno para los consumidores" porque en los mataderos se sigue aplicando la eliminación de los llamados materiales específicos de riesgo, fundamental el cerebro y la médula espinal, que se retiran en todos los animales que se sacrifican a partir del año de edad.
Además de eliminar esas partes del animal, "se analizan absolutamente todos" y no sólo son para consumo los ejemplares que han pasado "todos los controles".