SANTANDER, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
Ecologistas en Acción Cantabria ha anunciado este jueves que, tras más de 10 años participando, ha decidido abandonar el Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMAC) "en protesta por el vaciado de contenidos y su nula funcionalidad".
En nota de prensa, Ecologistas explica que "el detonante" de su abandono ha sido el borrador de la Ley del Suelo que, a punto de iniciar su tramitación parlamentaria, "no ha sido sometida a consulta del CAMAC", sino que "tan sólo se convocó una reunión informativa como si fuésemos meros espectadores de las políticas ambientales en lugar de un órgano consultivo.
Por ello, señala que "no tiene intención de seguir legitimando con su presencia esta farsa que degrada el concepto de participación real y efectiva", y asegura que el CAMAC "se ha convertido en un mero decorado de unas políticas ambientales que, como ellas, se va degradando de forma sostenida".
En este sentido, explica que el CAMAC ha sufrido desde sus inicios "un proceso de involución continuado", algo que la organización lleva denunciando "desde hace varios años". Así, las reuniones del Plenario "se han dilatado cada vez más", así como los Grupos de Trabajo y la Comisión Permanente, "hasta llegar a su práctica desaparición", recalca.
Todo ello, "ha devenido en menos asistencia de vocales y muchos menos contenidos de los puntos a tratar", según Ecologistas, que recuerda que en los últimos años "no se ha dictaminado ninguna normativa ambiental como es preceptivo".
El CAMAC se creó en el año 2006 por resolución del Consejo de Gobierno, fundamentalmente como foro de participación y órgano consultivo de las políticas ambientales. El Consejo se nutre de una amplia representación social: distintas consejerías, la Federación de Municipios, organizaciones sindicales, agrarias y medioambientales; fundaciones, colegios profesionales, Universidad de Cantabria, asociaciones vecinales, CEOE-CEPYME, Cámaras de Comercio, etcétera.
Según Ecologistas en Acción, en los primeros años de funcionamiento, con mucha carencia de medios e inexperiencia por parte de todos los vocales, el CAMAC sin embargo fue capaz de dictaminar toda la legislación ambiental que se aprobó en aquellos años, salvando dicho trámite no sólo con un informe favorable o no, sino con recomendaciones concretas, algunas de las cuales se hacían con "un alto grado de consenso".
Pero "se ve que la participación, más allá de las grandes declaraciones institucionales, no acaba de gustar a las administraciones, no creen en ella y les incomoda".