En el Mesolítico, este animal doméstico se integraba en prácticas rituales
SANTANDER, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un equipo conjunto de las universidades de Cantabria y Lisboa ha descubierto la sepultura de perro más antigua del sur de Europa en el yacimiento de Poças de Sao Bento (Alcácer do Sal, Portugal).
El enterramiento apareció en un asentamiento y cementerio de unos 8.000 años de antigüedad, junto al antiguo estuario del río Sado.
La investigación forma parte del proyecto SADO MESO, integrado en DOMATLAN, un programa del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) financiado por el Plan Nacional de I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación y coordinado por el catedrático de la UC Pablo Arias.
El equipo de las excavaciones, dirigido por el propio Pablo Arias y por Mariana Diniz, profesora de la Universidad de Lisboa, cuenta con la colaboración de investigadores del Instituto de Gestao do Património Arquitectónico e Arqueológico del Ministerio de Cultura portugués (IGESPAR), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de las universidades de Uppsala y Évora, según ha informado la UC en un comunicado.
EL PERRO ES EL PRIMER ANIMAL DOMÉSTICO
Se sabe que algunos grupos de cazadores del final del Paleolítico y del Epipaleolítico ya convivían con este animal, tal como ha constado este mismo equipo en la cueva de Anton Koba, en Guipúzcoa, donde se ha datado un perro de unos 13.250 años de antigüedad.
En el Mesolítico (10.000-6.000 años), el período correspondiente a los cazadores y recolectores que precedieron a la extensión de la agricultura y la ganadería por Europa, el perro se integra en prácticas rituales, tal como muestra la práctica de sepultar a estos animales en cementerios, en ocasiones con tumbas específicas para ellos, constatada en algunos lugares del norte de Europa.
En la Península Ibérica, y en general en el sur del continente, se sospechaba que podía haber también tumbas de perros, pero su existencia no se había constatado hasta este descubrimiento.
Técnicos del Museo Nacional de Arqueología de Lisboa se desplazarán este jueves al yacimiento para intentar consolidar la sepultura "in situ" y trasladarla al Museo para su conservación y exposición al público.