La farola de las 'Cuatro Estaciones' se enciende este viernes en la Alameda de Oviedo

Actualizado: jueves, 17 marzo 2011 18:12

SANTANDER 17 Mar. (EUROPA PRESS) -

El alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, encenderá este viernes a las 20:00 horas la farola de las 'Cuatro Estaciones' que durante años permaneció en la Plaza del Ayuntamiento de Santander, hasta que se acometieron las obras de renovación de la misma, que motivaron la retirada de esta luminaria.

Con el acto de encendido de la farola el Ayuntamiento quiere recordar la historia y la importancia de la Alameda de Oviedo y Vargas durante la primera guerra Carlista.

Para ello, dos estudiantes del colegio Torrevelo, Javier Martínez Sellers y Carlos Veci, ofrecerían una charla sobre los orígenes de la calle, fruto de un trabajo que realizaron ambos y que fue premiado recientemente a nivel nacional, bajo el título 'La relevancia de la acción de Vargas (noviembre de 1833) en la primera Guerra Carlista', y que ha dirigido por el profesor Enrique Gudín.

Una agrupación de gaitas pondrá la música en el acto en el que también se inaugurará el Mercadillo de Artesanía que se ha instalado para la ocasión en la Alameda de Oviedo donde permanecerá hasta el domingo 27 de marzo.

Además, durante este fin de semana habrá una carpa junto a la farola, que albergará una exposición de fotografías de la calle organizada por la Asociación de Vecinos La Almeda.

La Farola de las Cuatro Estaciones ha sido restaurada y se han cambiado las lámparas de globo de los brazos por farolillos, tal como era en origen.

Esta farola ornamental data del año 1913. Diseñada por el arquitecto municipal Valentín Lavín Casalís, fue encargada al escultor afincado en Santander José Quintana por la Corporación municipal, que en la primavera de 1913 dispuso colocar una farola artística en el centro de la plaza de Pi y Margall, en el lugar que ahora ocupa la plaza del Ayuntamiento.

Hecha con piedra de Novelda, cuenta con reminiscencias modernistas y representa la alegoría de las cuatro estaciones del año en las cuatro figuras femeninas que la rodean.

La luminaria se suma a las cuatro grandes farolas con figuras de angelotes instaladas en las cercanías de la Alameda de Oviedo.

Estas grandes farolas artísticas de hierro y piedra se instalaron en la Plaza de Alfonso XIII en 1901 y en 1946 fueron trasladadas a la zona de La Alameda: una está en la plaza del Rey Juan Carlos I; otra está en el arranque de La Segunda Alameda; otra en Numancia y la cuarta en la glorieta de La Alameda.

La farola de las 'Cuatro Estaciones' se instalará en la Alameda de Oviedo, a la altura del Edificio Ministerios situado en la calle Vargas nº 53.

CHARLA SOBRE LA ACCIÓN DE VARGAS

Con el trabajo "La relevancia de la acción de Vargas -noviembre de 1833- en la primera guerra Carlista" Carlos Veci Lavin y Javier Martínez Sellers, alumnos de 2º de BAC del colegio Torrevelo obtuvieron en septiembre el primer premio en el área de artes y humanidades en el XXIII Certamen de Jóvenes Investigadores.

El certamen lo convoca para todo el ámbito nacional el Ministerio de Educación, con la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad de Málaga.

El trabajo presentado por Javier y Carlos, analiza la trascendencia que tuvo esa escaramuza no sólo en la vida local de Santander, sino en la causa isabelina La acción de Vargas La acción de Vargas fue uno de los primeros hechos de armas de la primera guerra Carlista.

Los primeros días de noviembre de 1833 tres columnas Carlistas confluyeron sobre Vargas para, desde ahí, intentar hacerse con el control de la ciudad de Santander.

Desde la capital se reaccionó con rapidez y salió al encuentro de los Carlistas un contingente de tropas de la milicia urbana mandado por el coronel Iriarte.

En la mañana del tres de noviembre de 1833, la milicia urbana de Santander se abalanzó sobre las fuerzas Carlitas en un paraje cercano a Vargas.

El enfrentamiento fue rápido y acabó con la desbandada de los Carlistas ante el empuje del escuadrón de caballería que acompañaba a los santanderinos. El balance fue de cinco muertos y 112 prisioneros.

Sin embargo lo llamativo de la acción de Vargas fue la trascendencia que se le dio: la escaramuza se convirtió en un mito -necesario para los "isabelinos" para atraer a su causa a las ciudades y sus milicias-: el gobierno de Madrid premió con generosidad a sus protagonistas: concedió a la ciudad de Santander el título de 'decidida', el trato de Excelencia y que desde entonces llevase en su escudo una corona ducal.

A los componentes del batallón se les concedió la cruz de Vargas. Y también la ciudad de Santander incorporó el acontecimiento a sus anales y sus calles.

Los años siguientes se celebró la fecha por todo lo alto y, por lo que respecta al callejero, se le dio el nombre de puente de Vargas, a uno recién construido, una calle recibió el nombre de 3 de Noviembre y una avenida el de Vargas.