Armas fundidas
GUARDIA CIVIL
Actualizado: miércoles, 12 julio 2017 14:38

Este año se han fundido 1.820 armas, procedentes de expedientes, entregadas por particulares o no adjudicadas en subastas

SANTANDER, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil de Cantabria, con la colaboración de una fundición de la Comunidad Autónoma, ha procedido a la destrucción de 500 armas de fuego, blancas, prohibidas, simuladas, etcétera, que alcanzaban en total casi dos toneladas de peso.

Según han informado fuentes del Instituto armado, este proceso de destrucción mediante el fundido, se corresponde con armas procedentes de expedientes resueltos en el último año de resoluciones judiciales o administrativas, entrega de particulares por caducidad de licencias, no adjudicadas en el proceso de subasta o del control de armas de fuego inutilizadas.

De las 500 armas que se han destruido ayer martes, 420 son de fuego, de las cuales 330 son largas (rifles, escopetas, avancarga, carabinas, etc.) y 90 cortas (pistolas y revólveres).

Las otras 80 armas destruidas corresponden a las denominadas como blancas, prohibidas, detonadoras, de aire comprimido, simuladas y fusiles de pesca submarina.

Todas estas armas proceden de los depósitos de las distintas Intervenciones de Armas y Explosivos de la Guardia Civil de Cantabria.

Con todo ello, a lo largo de 2017 se han destruido en Cantabria, con el control de este Cuerpo, un total de 1.826 armas, unas seis toneladas, 946 armas largas, 290 armas cortas y 584 de otro tipo.

Según ha explicado, esta actuación se desarrolla dentro del Plan de Control de Armas de Fuego (PICAF) establecido por la Guardia Civil en prevención del tráfico ilegal de armas de fuego, la recuperación de armas inutilizadas, así como la transformación de armas detonadoras y de aire o gas comprimido en armas de fuego de pequeño calibre, e incluso la fabricación artesanal de ingenios capaces de disparar munición real.

La Guardia Civil lleva a cabo inspecciones y controles, entre otros, sobre las armas de fuego inutilizadas y detonadoras para adaptarse a la nueva normativa europea que garantice que su inutilización sea irreversible, tengan un marcado único común y vayan acompañadas de un certificado de inutilización.

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