El vicepresidente del BCE destaca la rápida ejecución de España en comparación con otros países de la zona euro
SANTANDER/MADRID, 18 Ago. (EUROPA PRESS) -
La evolución de la economía de la zona euro tras el desplome histórico del 12,1% sufrido en el segundo trimestre está sujeta a un elevado grado de incertidumbre, aunque los datos más recientes invitan a ser "cautamente optimistas", según ha señalado el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, durante su intervención en los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
El banquero central ha señalado que el escenario base de las previsiones macroeconómicas del BCE contempla un crecimiento ligeramente superior al 8% en el tercer trimestre, aunque ha destacado que con los datos que se van recibiendo, teniendo en cuenta que aún no se ha acabado este tercer trimestre, se puede "ser cautamente optimistas con respecto a dicha evolución".
En cualquier caso, Guindos ha advertido de que, después de una caída sin precedentes del PIB ahora la cuestión básica es cómo va a ser la recuperación, cuál va a ser la intensidad de la misma y su distribución por países y sectores, destacando que los elementos que determinarán la evolución futura serán la propia pandemia y la respuesta de las políticas.
En este sentido, el vicepresidente del BCE ha señalado que la actuación de España ha sido similar a la de otros países en cuanto a la composición de los programas fiscales de naturaleza discrecional, con un tamaño estimado ligeramente por encima de cuatro puntos del PIB.
"La ejecución ha sido más rápida que en otros países de la zona euro, aunque nominalmente otros programas eran más importantes, la ejecución de España ha sido más rápida que en otros países, solo en Francia hemos visto una ejecución más rápida", ha destacado.
IMPACTO SOBRE LOS BANCOS
En cuanto al impacto de la crisis sobre el sector bancario de la zona euro, Luis de Guindos ha destacado que las entidades contaban con una capitalización muy superior en promedio a la que tenían en el pasado, mientras que el sector continúa arrastrando el problema de rentabilidad que ya existía antes de la crisis y que la pandemia ha agravado.
"Vamos a tener una reducción adicional de la rentabilidad de la banca derivada del incremento de las provisiones por préstamos dudosos y de la caída de los ingresos del sector", ha advertido el vicepresidente del BCE, para quien si ya era necesario antes de la crisis actuar sobre los costes de la banca europea, ahora se hace especialmente importante.
De este modo, para el banquero central el factor fundamental que va a determinar el impacto sobre la solvencia y la rentabilidad de la banca será "la intensidad de la recuperación".
En este sentido, el exministro español de Economía ha alentado a los bancos a aprovechar la relajación de las exigencias por parte del supervisor para utilizar los colchones de capital para conceder préstamos, lo que contribuirá a impulsar la recuperación económica y que esto, a su vez, empuje al alza sus niveles de capitalización con unos menores niveles de morosidad.
Por contra, ha advertido de que si la recuperación fuera más lenta de lo esperado y de menor intensidad, esto tendría efectos negativos sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas y la solvencia de los bancos, así como sobre la dispersión de los efectos, poniendo más de manifiesto las divergencias entre sectores y entre países.