SANTANDER, 19 May. (EUROPA PRESS) -
El catedrático de Medicina en la Universidad de Cantabria (UC) y jefe de Sección de Medicina Interna del Hospital Valdecilla, José Antonio Riancho, lidera en Cantabria un estudio internacional que trata de resolver la causa por la que el virus del COVID-19 presenta una escala de virulencia y de gravedad tan variable en distintas personas, que va desde cuadros asintomáticos hasta la muerte.
Según ha informado la UC, el proyecto está coordinado a nivel internacional por el catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Ángel Carracedo, y participan diferentes grupos de España y Latinoamérica. Cuenta con financiación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y la Fundación Amancio Ortega.
Concretamente, en Cantabria participa un grupo de investigadores de la UC y del Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (IDIVAL) --con la catedrática de la UC Carmen Fariñas como co-IP-- con la colaboración de otros facultativos de Valdecilla, bajo la dirección del profesor Riancho, que es también investigador responsable del grupo de enfermedades esqueléticas, metabólicas y ambientales del IDIVAL.
Este estudio internacional trata de explorar la hipótesis de que hay factores genéticos que influyen en la variabilidad de la gravedad del COVID-19. Es decir, la idea es que las características genéticas hacen que algunas personas sean más susceptibles a la enfermedad o a tener formas más graves, si se ponen en contacto con el virus.
Para ello se espera reclutar unos 9.000 pacientes de los que, por un lado, se analizará la gravedad y otras características de la enfermedad y por otro se hará un estudio de sus genes, analizando más de 800.000 variantes genéticas en cada uno de ellos.
"Al explorar la correlación entre las variantes de cada individuo y las características clínicas de su enfermedad podremos determinar si efectivamente hay relación entre las variantes genéticas y las manifestaciones de la enfermedad", ha explicado Riancho.
En Cantabria se confía en reclutar unos 400 pacientes, incluyendo tanto hospitalizados, con formas graves, como otros con formas leves de la enfermedad que no han precisado ingresar y han sido tratados ambulatoriamente.
Además, desde el equipo científico cántabro se coordinarán los análisis de las manifestaciones clínicas de la enfermedad.