El autor de 'Tanta pasión para nada' ve los relatos como "romances de verano", muy "apropiados" para una época de "culto a la brevedad"
SANTANDER, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
El escritor Julio Llamazares prefiere que la literatura no esté "de moda" porque "el destino de todas las modas es pasar" y, al final, "los booms se vuelven boomerangs".
"Lo mejor es escribir lo que te apetece", sostiene Llamazares, que admite que en su carrera literaria siempre ha hecho "lo que le pide el cuerpo" y que para su último trabajo se ha inclinado por los relatos, en lo que supone su segunda incursión en un género que compara con los "romances de verano" frente al "matrimonio" que serían las novelas
'Tanta pasión para nada', el libro que presenta este martes ante sus lectores en la Tribuna Literaria del Centro de Acción Social y Cultural (CASYC), recoge 12 relatos "y una fábula", un "microcuento" que en realidad es el "cuento más largo" porque es "el cuento de nunca acabar"
Son personajes como un jugador de fútbol que se enfrenta al momento más decisivo de su carrera, un viejo napolitano que reencuentra al amor de su juventud antes de morir, un pobre hombre que quiere parar el mundo, un conductor que desaparece, una mujer que desvela el gran secreto de su existencia cuando ya es tarde..., en definitiva, gente que "pone mucha pasión en su vida".
La pasión es el hilo conductor de 'Tanta pasión para nada', donde se hace hincapié en que "la vida sin pasión no se puede vivir", aunque a la larga la pasión no "justifica" la vida, una película de la que ya se sabe que "va a acabar mal".
Esta concepción, no obstante, lleva a los protagonistas a aferrarse a un "carpe diem" y a poner más pasión a su vida.
Esta es la segunda experiencia de Llamazares en el mundo de los relatos. Es un género que considera "muy apropiado" para una época como la actual, en la que impera el "culto a la brevedad": en lugar de ver películas, se hace zapping; en lugar de comer, se tapea, ha puesto como ejemplos.
Él los ve como los romances de verano, "más cortos", pero también más "intensos, fugaces o apasionantes" frente a la novela, "el matrimonio" para toda la vida.
Llamazares confiesa que no elige ni un género ni el otro, porque no quiere mantener "siempre el matrimonio" ni "vivir siempre el romance". De hecho, considera que para un escritor "lo mejor es ir cambiando de género", porque "lo mejor de la vida" y también de la literatura, es "variar", "por salud mental".
Y además no cree que ningún género sea superior a otro, matizando que, de ser así, el género "superior" sería la poesía, capaz de crear la "magia que hace que las palabras signifiquen más de lo que significan normalmente".
Llamazares lamenta que se haya "sacralizado" la novela frente a otros géneros literarios, algo que achaca a motivos comerciales, aunque en los últimos tiempos se percibe un "cierto interés" por el relato.
En general, el escritor leonés piensa que lo que diferencia a la literatura de las narraciones en general es que, además de contar una historia, sepan captar "un sentimiento o emoción", de forma que se conviertan en una "metáfora de algo".
Es lo que pondrá en práctica en el libro en que está trabajando ahora, 'Las lágrimas de San Lorenzo', en el que aprovecha una conversación entre padre e hijo mientras presencian una lluvia de estrellas en una colina de Ibiza, para tratar el tema del "paso del tiempo".
JULIO LLAMAZARES
Julio Llamazares nació en Vegamián (León) en 1955. Su obra abarca prácticamente todos los registros literarios, desde la poesía --La lentitud de los bueyes (1979) y Memoria de la nieve (1982)-- a la literatura de viaje --El río del olvido (1990, Alfaguara, 2006), Trás-os-Montes (Alfaguara, 1998), Cuaderno del Duero (1999) y Las rosas de piedra (Alfaguara, 2008), primer volumen de un recorrido por España a través de sus catedrales-- pasando por la novela --Luna de lobos (1985), La lluvia amarilla (1988), Escenas de cine mudo (1994, Alfaguara, 2006) y El cielo de Madrid (Alfaguara, 2005)--, la crónica --El entierro de Genarín (1981)--, el relato corto --En mitad de ninguna parte (1995)-- y el guión cinematográfico.
Sus artículos periodísticos han sido recogidos en los libros En Babia (1991), Nadie escucha (Alfaguara, 1995) y Entre perro y lobo (Alfaguara, 2008).