SANTANDER, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los técnicos de la Dirección General de Biodiversidad de la Consejería de Desarrollo Rural del Gobierno de Cantabria, junto con varios especialistas y técnicos de la Junta de Castilla y León, así como de la Fundación Oso Pardo han llevado a cabo un análisis macroscópico de los restos hallados el pasado lunes en los montes de Vega de Liébana. Los resultados de esta investigación han concluido que los restos hallados no son de oso pardo, sino que se corresponden con partes del esqueleto de un cánido.
Según recordó la Dirección General de Biodiversidad del Gobierno de Cantabria, el pasado lunes, día 21 de julio, el personal de las diferentes Administraciones (Gobierno de Cantabria, Junta de Castilla y León y Seprona) y de la Fundación Oso Pardo recogieron en los montes de Vega de Liébana, restos óseos que se atribuyeron, inicialmente, a un ejemplar de oso pardo. Sin embargo, el estado y la dispersión de los huesos suscitó algunas dudas sobre la especie o especies que componían el hallazgo.
Por ello, y al objeto de resolver dichas dudas, en la mañana de hoy, se ha llevado a cabo un análisis macroscópico de todos los restos recogidos en las dependencias de la Dirección General de Biodiversidad de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad del Gobierno de Cantabria, que ha contado con la presencia de agentes del Seprona con el fin de verificar la custodia de los restos.
Aún descartando que se trate de un oso, los restos serán remitidos al laboratorio especializado del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (CSIC-Universidad de Castilla La Mancha), con el que la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad mantiene un convenio de colaboración en materia de seguimiento de fauna. Dicho laboratorio realizará los análisis correspondientes para determinar las causas de la muerte, incluyendo análisis toxicológicos.