SANTANDER, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Cantabria va a pedir al Ministerio de Sanidad "cierta flexibilidad" en materia de vacíos sanitarios, que implican el sacrificio de todos los animales de una explotación ganadera cuando uno de ellos da positivo en una enfermedad.
Por su parte, el Ejecutivo autonómico se ha comprometido con los productores del sector primario de la región a abonarles las indemnizaciones a percibir en estos supuestos en el plazo máximo de tres meses.
Así se lo ha trasladado el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, a los ganaderos en la reunión celebrada este martes en la sede del Gobierno y en la que ha participado la organización agraria Asaja y las diferentes asociaciones del sector.
Entre los compromisos adquiridos en el encuentro, posterior a la manifestación de los ganaderos del pasado viernes y en el que también ha participado el consejero de Medio Rural, Jesús Oria, figura además el pago de un millón de euros en el primer trimestre de este año, y otro tanto en el próximo ejercicio, de las ayudas de la prima complementaria que están pendientes de abonar desde 2010.
Además, se ha acordado para el próximo martes, 14 de marzo, una reunión de los representantes de los ganaderos con la directora general del ramo, Beatriz Fernández, para tener en cuenta su opinión de cara a la Orden de ayudas a la reposición de reses sacrificadas, con el fin de que se establezcan unos baremos que no sean "del siglo pasado", como se quejan los productores.
Asimismo, la Administración se ha comprometido a convocar antes de un mes la Mesa Láctea para tratar el precio de la leche ante el temor de los ganaderos de una nueva bajada. El objetivo es que las industrias paguen el litro "por lo que vale", esto es, un mínimo de 34 céntimos, porque por debajo de esa cuantía se estaría "destruyendo" el futuro del subsector lácteo.
En este sentido, el Ejecutivo se ha comprometido también a "intensificar" la campaña de difusión de la leche cántabra en la que ya se está trabajando, según ha señalado Revilla, que ha aprovechado la reunión con los ganaderos para manifestarles su oposición al "disparate" que a su juicio supone la puesta en marcha de 'macrogranjas' como las que se han autorizado en Soria, con hasta 20.000 cabezas de ganado y que podrían "acabar" con ganaderías tradicionales como las que hay en Cantabria.
(Habrá ampliación)