El artista catalán une escultura, cuerpo y belleza en su discurso
SANTANDER, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
El artista Jaume Plensa (Barcelona, 1955) ha sido investido hoy doctor honoris causa en Artes y Humanidades por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) por su "extraordinaria" labor escultórica, capaz de acercar la belleza a todos los ciudadanos, y por ser "uno de los grandes artistas internacionales de nuestro tiempo".
El acto se ha celebrado en la sede de la Universidad en el Palacio de La Magdalena de Santander y en el mismo Plensa ha pronunciado un discurso salpicado de episodios de su vida en el que ha unido escultura, cuerpo y belleza como parte de un todo.
Un simbolismo al que también se ha referido el rector de la UIMP, Carlos Andradas, pues ha dicho que este acto de investidura remarca el compromiso de la institución académica con el arte, la creación y la belleza, aunque tampoco olvida la ciencia y la técnica, que deben ir de la mano del humanismo para que su finalidad última sea el progreso y la plenitud del ser humano y ahí el arte juega un papel "imprescindible".
Plensa ha comenzado su discurso hablando de la creación, "que nos ayuda a entender el tránsito del sueño a la realidad", para seguidamente hablar de su propia creación, de su nacimiento y de sus 66 años de "exploraciones" para desvelarla. El cuerpo es para el catalán un "espacio de exploración" que lleva al mundo de los opuestos; un mundo que tiene en la escultura su estado más puro, ha dicho.
Pero también se ha referido al paisaje híbrido de sociedad y naturaleza que denomina espacio público. "Este ir y venir desde mi intimidad hasta lo público y comunitario ha sido la tónica constante de mi labor como artista", ha afirmado.
Ha recordado que para él cada ser humano es un lugar, un espacio habitable que se desplaza y desarrolla; ciudades edificadas con cuerpos. "Cada vez que un ser humano muere, una casa se cierra y se pierde un lugar. Mi obra es su memoria: la fijación congelada de tantos cuerpos desarrollándose y desapareciendo de la fugacidad de la luz; mi obra es su volumen".
Plensa ha dicho que vivimos entrelazados a perpetuas guerras, algunas como la actual en Ucrania, "tan próximas a nuestras casas como cercanas a nuestro corazón". Pero el cuerpo de la sociedad "tiene hambre de belleza" y el arte "condimenta con lo esencial la banalidad de lo cotidiano".
Ha afirmado que su viejo taller en Cataluña "siempre está abierto" y nunca se ha aislado "del latido de la sociedad"; es "un faro en la tormenta, la transformación permanente del yo en nosotros".
"Estoy de nuevo abrazando la escultura, su tremenda capacidad para percibir lo más divino, lo más abstracto, lo innombrable, esa agua que siempre se nos cuela entre los dedos", ha dicho.
"La escultura, esa fuente inagotable de preguntas, está palpitando entre nosotros; nos invita a fabricar el silencio más necesario, el que nos permite escuchar la voz de la comunidad". La escultura también es"el gran espejo en donde se refleja el rostro de todos los ignorados".
El artista ha reflexionado sobre "cuántas veces nos parece fracasar en todas nuestras iniciativas sin darnos cuenta de que tal vez estamos simplemente en la esquina equivocada de la narración".
Y ha reconocido que siente "envidia" de sus proyectos, intervenciones que han regenerado espacios, obras que habitan en "parajes maravillosos" y que en su diálogo común evolucionan "hasta convertirse en inolvidables".
"Todo lo que nos ha unido a lo largo del tiempo y nos ha reunido hoy aquí tal vez no sea más que un deseo, una sombra, una ilusión, que vaga perdida en la gigantesca geografía del territorio que llamo mi cuerpo", ha concluido.
Por su parte, el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y fundador del Instituto de Estética, José Jiménez, a quien une una amistad de treinta años con Plensa, ha sido el encargado de la laudatio del que considera "uno de los artistas más importantes en el plano internacional".
Jiménez ha titulado la laudatio 'La escultura como poesía visual' porque, según ha dicho, define el trabajo de Plensa, un artista "independiente y sumamente exigente", cuya obra nunca es imperativa sino que es "delicadeza, silencio y sensibilidad".
El catedrático se ha referido a la 'Galaxia Plensa', cuya obra --escultórica, pictórica, pública, operística-- tiene en común lo poético, la pureza de líneas y formas, la búsqueda del silencio, el juego de los contrarios, el modular ideas que son preguntas, en un autocuestionamiento de todo su trabajo con un sentido poético abierto para que el espectador encuentre su respuesta. En su galaxia, "la poesía se hace escultura", ha dicho, destacando la "autenticidad" de su obra.
Mientras, el rector ha señalado este acto expresa el compromiso de la UIMP con el reconocimiento del talento y la apuesta por la excelencia, en este caso de una persona que no ha seguido los cánones académicos y que se ha convertido "en uno de los más grandes artistas internacionales de nuestro tiempo".
Andradas ha reconocido el "talento y excelencia" del nuevo doctor, un "artista universal" que modifica el paisaje para hacerlo más humano".
"En la sociedad de la crispación, la guerra, los fundamentalismos tus esculturas llaman a la serenidad, a superar el ruido con el silencio, a seguir descubriendo a los otros a través de la escucha y el diálogo. El papel principal del arte es hacernos más humanos", ha destacado.