TOLEDO, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las 'Alas de México' de Jorge Marín, que desde octubre de 2020 han contemplado desde su parapeto de la Puerta Bisagra el devenir de la ciudad de Toledo, han sido las más fotografiadas de las 13 que el escultor mexicano exhibe de forma temporal en sedes a lo largo y ancho del mundo.
Así lo ha relatado a Europa Press la directora de la Fundación Jorge Marín, Elena Catalán, que ha indicado que, pese a no tener un conteo exacto de las instantáneas capturadas, la cuenta en Instagram de Jorge Marín evidencia que han tenido un "éxito enorme".
"Lo más interesante es que ha sido en tiempos de pandemia. Esto quiere decir que el diálogo fue directo con el ciudadano, hubo un contacto muy cercano. La interacción ha superado nuestras expectativas. No nos imaginamos que los toledanos fueran a acogerlas así. En realidad, ha sido un proyecto pensado para los propios ciudadanos. Queríamos que lo acogieran, que lo hicieran suyo", ha señalado.
De igual modo, ha puesto de relieve que las 'Alas de México' hayan alcanzado tanta popularidad en una ciudad con el nivel de patrimonio cultural que tiene Toledo, que ha dialogado a la perfección con una obra de arte contemporáneo mexicano.
Preguntada sobre la posibilidad de que esta escultura alada, que este lunes echará a volar rumbo a Burgos, haya abierto las puertas a la posibilidad de sacar el arte al espacio público, la presidenta de la Fundación Jorge Marín ha acentuado el "talento" que congrega la ciudad de Toledo y se ha mostrado confiada en que salga a la calle. "Espero que ésta sea la punta del iceberg para que muchos más artistas toledanos y no toledanos saquen el arte afuera".
"Lo más importante cuando tu exhibes o incorporas una escultura en el espacio público es que la acercas a la gente y haces que la gente la pueda tocar. Ese es el éxito de las alas, que es una obra para usar, para ponerse", ha destacado Catalán, convencida de que su estancia en la Puerta de Bisagra ha permitido dar a este espacio una nueva lectura.
Dicho esto, ha recalcado que este tipo arte, el que sale a la calle, es una herramienta muy poderosa de conexión con la sociedad, pues le permite expresarse. "Si hiciéramos un análisis antropológico y psicológico de la gente que se toma fotografías con las alas, podríamos tener una cantidad de lecturas alucinantes y nos daríamos cuenta de que hay posturas que se repiten".
"Cuando analizamos fotos de las alas en Dubai, en Quebec o en Toledo, en ciudades muy diversas de distintos continentes y culturas, siempre hay un común denominador. Quizá sea el ansia del ser humano de volar, de crear, de viajar o de moverse", ha enfatizado.
PROTAGONISTAS
La directora de la Fundación Jorge Marín también ha subrayado que las Alas de México, desde que aterrizaron el pasado mes de octubre en la Puerta de Bisagra, lo hicieron cargadas de historias. "Llegaron de Beirut en un momento muy clave y muy problemático. Llegaron a Toledo en plena pandemia, nos acompañaron durante este periodo, el primer concierto que se hizo cuando se levantaron las restricciones se hizo aquí, los Reyes Magos llegaron aquí. Luego llegó Filomena. Las alas nos han ido acompañando y vivieron estos acontecimientos de la mano de los ciudadanos y con los ciudadanos".
Por ello, y ante la gran aceptación que han tenido en la capital regional, no cierra la puerta a la posibilidad de que el artista mexicano regrese a Toledo.
"Esperemos que sí. Nosotros, encantados de volver a exhibir, de presentar nuevos proyectos. Como fundación nos reinventamos cada vez más, lo que hacemos siempre tiene un componente social. Esta historia no termina", ha asegurado Elena Catalán, recordando las 'Alas de Toledo' que hicieron los alumnos de la Escuela de Arte de la ciudad, emulando a las de Marín, y que itinerarán a Estados Unidos.
Por último, ha agradecido tanto a los toledanos como a las instituciones el acogimiento y el que "hayan hecho suyas estas alas", siendo "unos anfitriones de primera".
Ahora, tras más de 300 días siendo las anfitrionas de la ciudad, las 'Alas de México' levantarán el vuelo para recalar en Burgos, donde serán partícipes del 800 aniversario de su Catedral y se desplazarán más tarde a Aranda de Duero, localidad con la que van a compartir la Capitalidad Europea del Vino. Después de su andanza burgalesa, pondrán rumbo a Roma.