TOLEDO 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
El historiador Alberto González González acaba de publicar el libro 'La Fe católica, trinchera política. Izquierdas y derechas en guerra cultural: Toledo (1931-1939)' (Silex) en el que viaja "del legajo a la web" para mostrar el discurso religioso en la provincia toledana en la Segunda República y la Guerra Civil.
Así lo ha detallado en una entrevista con Europa Press el propio González, quien ha indicado que ha elegido este nombre para el libro porque ya en la Segunda República se va a tener que hacer frente a diversos problemas debido a que la sociedad toledana tendrá que acostumbrarse a una forma de entender el lugar que debía ocupar la Iglesia "totalmente distinto".
"Era la primera vez que llegaban al poder y comienzan a legislar en consecuencia", ha sostenido, para agregar que este libro lo que hace es descender a la provincia de Toledo "para investigar, buscar e indagar acerca de cómo fue aplicada toda esa legislación por parte de los poderes locales".
Se aprueba así la laicidad de la enseñanza, por lo que se tienen que retirar los crucifijos de las escuelas, no se puede dar religión en las clases, se disuelve la Orden de los Jesuitas, se secularizan los cementerios, se aprueba la ley del divorcio, se reconoce al matrimonio civil, "y el colofón de estas medidas, llegando ya a 1933, será la aprobación de la ley de confesiones y congregaciones religiosas".
Medidas que se van a ir aplicando a nivel provincial y local, y con las que este historiador toledano ha querido mostrar también como punto de interés cómo las recibe la Iglesia toledana, pudiendo constatar así un discurso en el cual se critican todas estas medidas al mismo tiempo que aconsejan a los fieles acerca de cómo pueden cumplir con la legislación y también los mandatos de la Iglesia.
Como ejemplo ha puesto que con la Segunda República, para poder celebrar una procesión, había que pedir permiso al Ministerio de Gobernación y en la ciudad de Toledo no hubo procesiones de Semana Santa ni en 1932, ni 1933 ni en 1934, ni en 1936 y procesiones del Corpus no hubo en 1932, en 1933 y en 1936. "La custodia procesionaba por el interior del Templo Primado y en ningún momento se pide permiso para celebrar esas procesiones, lo que interpreto como una forma de protesta".
Un contexto en el que se dio la oportunidad a otras confesiones religiosas para visibilizarse, como es el caso de la Comunidad Evangélica que había en Camuñas, o en el que hubo rumores los primeros años de la Segunda República sobre la posibilidad de que la Sinagoga del Tránsito fuese comprada por la Comunidad Judía. "Evidentemente no se llega a materializar, pero sí que es interesante ver cómo los republicanos mostraron interés en la nacionalización de las comunidades sefardíes que abandonaron la península en 1492".
COMIENZA LA GUERRA CIVIL
Cuando comienza la Guerra civil, prosigue González, "todo esto cambia" y en esos primeros meses del verano de 1936 en el que el Gobierno central pierde el control, los órganos de decisión se van a trasladar a los comités locales. "Entonces, allá donde no va a triunfar el golpe se va a iniciar un proceso en el que el culto se va a suspender y las iglesias van a quedar completamente desnudas y se van a reutilizar como garajes, comedores, salones de baile, mercados o para proyectar películas".
"También los propios religiosos van a sufrir estas consecuencias y van a sufrir ataques y esa violencia por parte de los milicianos de los distintos comités. Habrá quien salve la vida volviendo a su lugar de origen, escondiéndose también o huyendo a Madrid, donde podían pasar más desapercibidos", ha argumentado.
Con todo, ha manifestado que lo que hace el libro es constatar que en Toledo hubo discurso anticlerical, que también se difundió en la capital a través de los distintos periódicos y que se legisló en consecuencia de manera que se cumplía con aquello que mandaba el Gobierno desde Madrid, pese a que la provincia no destacó por ser protagonista en los momentos de mayor intensidad o de mayor conflicto.
En cuanto a la Guerra Civil, González considera que el hecho de tener un punto de conflicto dentro de la propia ciudad, con el asedio del Alcázar, "nos está diciendo que la guerra estaba también dentro de la ciudad y eso pudo influir también en la violencia ejercida contra el clero".
"Ahora bien, con el avance sublevado y, por supuesto, cuando termina la guerra, se va a iniciar el proceso completamente contrario. La iglesia va a volver a la calle, se inicia un proceso de recatolización, se va a restaurar el culto y va a haber numerosas celebraciones religiosas a las que va a acudir la población en masa", ha indicado, para apuntar que la provincia de Toledo, por la evolución de la guerra, va quedar dividida en dos y mientras que en el norte del río Tajo se produce esa recatolización, en el sur del río sigue suspendido el culto.
PROCESO INVESTIGADOR
'La Fe católica, trinchera política. Izquierdas y derechas en guerra cultural: Toledo (1931-1939)', que se publicó a finales del pasado mes de agosto, es el resultado de una tesis doctoral que González defendió hace unos años y para documentarse ha acudido a archivos de carácter local como el Archivo Municipal de Toledo, el Archivo Histórico Provincial, el Archivo de la Diputación de Toledo, el Archivo Capitular o el Archivo Diocesano.
También ha acudido a Madrid al Archivo Histórico Nacional y al Archivo General de la Administración; o en Salamanca al Centro Documental de la Memoria Histórica. Como curiosidad, ha indicado que se trasladó al Archivo del Reino de Valencia en busca de información acerca de la celebración de las fallas aquí en Toledo en 1937.
Asimismo, hizo una estancia de investigación en Roma donde acudió a los Archivos Vaticanos y al archivo que tiene allí la Compañía de Jesús. "Puedo decir que he hecho un viaje del legajo a la página web porque a lo largo de la investigación también he vivido ese proceso de cómo tenía que trasladarme para consultar cierta documentación que hoy en día podemos consultar desde casa".
Alberto González es profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha en el Campus de Cuenca, donde imparte clases en la Facultad de Ciencias Sociales y en la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades. Su investigación se centra en la religiosidad y actualmente en el estudio de cómo fue la secularización en el Ejército y la Armada durante la Segunda República.